Elisa Pérez Ramírez, Alberto Diez Guerrier e Ignacio García Bocanegra en la primera mesa redonda de la tarde
Especialistas en EHE, tuberculosis e Influenza aviar H5N1 han abordado esta tarde su incidencia y evolución dentro del III Congreso Internacional de Sanidad y Bienestar Animal, que tiene lugar en San Lorenzo del Escorial, en una jornada que centró sus ponencias matinales en animales de compañía, la Ley de Protección Animal y el proceso de especialización que impulsa la Organización Colegial Veterinaria (OCV).
Alberto Diez Guerrier, veterinario especialista en rumiantes, efectuó un completo repaso sobre la evolución de la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE) en España desde 2023, fecha de su aparición, con una alta prevalencia en vacuno. Además de señalar las dificultades de desinsectar de modo eficiente en régimen extensivo para eliminar al mosquito culicoides, vinculó la expansión de la enfermedad a los años secos, “porque hay mayor densidad de insectos y peores condiciones de salud del ganado, al comer menos. Aunque combatir la transmisión por vectores es muy complicado, hay que resaltar la utilidad de medidas como la vigilancia, el diagnóstico precoz y la limitación de movimientos”.
Ignacio García Bocanegra, catedrático del Departamento de Sanidad Animal de la Universidad de Córdoba, disertó sobre la tuberculosis desde el punto de vista epidemiológico, “que por su carácter multihospedador tiene un carácter complejo e intervienen diferentes actores”. Proporcionó datos sobre su presencia en especies silvestres –jabalíes, cabras monteses, tejones...- e indicó que los puntos de agua representan el espacio donde se producen la gran mayoría de los contactos indirectos entre ganadería y fauna, lo que favorece los contagios.
La situación actual en el mundo de la Influenza aviar H5N1 fue analizada por la veterinaria y viróloga Elisa Pérez Ramírez, del INIA, quien fue narrando como desde 2020 hasta ahora se han confirmado saltos entre especies: aves de corral, aves silvestres, mamíferos como leones marinos o visones, hasta alcanzar a vacas lecheras en áreas como California. La investigadora manifestó su inquietud por el hecho de que los casos de influenza dejen de concentrarse en invierno para estar presentes todo el año, “lo que genera la lógica incertidumbre”.
Estatus sanitario de la cabaña
La jornada concluyó con una mesa redonda sobre el veterinario de explotación, que según el RD de reciente aprobación queda a voluntad del ganadero. Beatriz Muñoz Hurtado, subdirectora general de Trazabilidad e Higiene Animal del MAPA, explicó lo fundamental es el asesoramiento continuado de los veterinarios privados a los ganaderos, en materia de sanidad, bioseguridad o manejo, “y esta figura ofrece una visión global al respecto. La voluntariedad no va a afectar al estatus sanitario de la cabaña y facilitar la adaptación del sector a la normativa”.
El vicepresidente nacional de Asaja, Juan Luis Delgado, señaló que “los ganaderos, que sabemos hacer nuestro trabajo, necesitamos sobre todo veterinarios clínicos que estén disponibles los 365 días del año para atender a nuestros animales, que ahora mismo no encuentran, por lo que habrá que buscar fórmulas para compensar a estos profesionales. Nadie duda que el veterinario en indispensable en nuestras explotaciones, pero no queremos más burocracia”.
El presidente del Colegio de Veterinarios de Cantabria y gerente de la Entidad de Control Lechero de esa comunidad, Fernando Ruiz Sarabia, apuntó que las funciones adscritas al veterinario de explotación se vienen efectuando en las granjas desde hace más de 40 años, y que “a veces al legislar se comete el error de encorsetar. Lo fundamental es que el trabajo conjunto de ganaderos y veterinarios da buenos resultados”, afirmó Ruiz Sarabia, que demandó un mayor esfuerzo en comunicación para contar a la sociedad la relevancia de esta labor.
La primera sesión de la mañana abordó el estado de la especialización en España, con la intervención de José Marín Sánchez Murillo, presidente del Colegios de Veterinarios de Badajoz y vocal de la OCV, quien recordó que se viene trabajando desde hace años en la educación de postgrado, y los pasos que ya se están dando dentro de titulaciones intermedias, con y sin el aval VetCEE, tendrán módulos teóricos y prácticos, siendo las de équidos y de pequeños animales las primeras en ponerse en marcha. “Hemos definido la estructura de los que será la profesión dentro de 15 o 20 años, con formación continuada y ejercicio al mismo tiempo”.
Bases de datos interoperables
Por su parte, Ana María Catalán, del Cuerpo Nacional Veterinario y adscrita a la Dirección General de Derechos de los Animales, centró su ponencia en el reglamento de identificación y trazabilidad de perros y gatos de la UE, “donde el 44 por ciento de los ciudadanos tiene mascotas en casa, con 73 millones de perros, 84 millones de gatos y un volumen de negocio de 1,3 billones de euros”. Hizo referencia a aspectos relacionados con el alojamiento, cría y reproducción, alimentación, salud y temperatura, entre otros, así como la utilidad de contar con bases de datos interoperables entre países.
Bruno González Zorn, catedrático de Sanidad Animal de la Universidad Complutense, puso de relieve la importancia de los veterinarios de pequeños animales en salud pública, “porque convivimos con nuestras mascotas en casa”, y se refirió al riesgo que representa en medicina el fenómeno de la resistencia a las antibióticos, “que causará la muerte a millones de personas en 2050 si continúa a este ritmo”. En todo caso, explicó que producción animal se ha registrado un descenso del 70 por ciento en los últimos años, gracias a la labor de los veterinarios.
Después, tuvo lugar una mesa redonda para abordar las consecuencias de la aplicación de la Ley de Bienestar Animal, aprobada 2023. El director general de Derechos de los Animales, José Ramón Becerra, explicó que le balance de la norma debe hacerse tras varios años de vigencia, “y más cuando falta desarrollo reglamentario. En todo caso, se ha visto que circularon bulos relativos a la eutanasia o la esterilización que no responden a la realidad”.
Por su parte, Begoña Rodero, veterinaria municipal de Ceuta, explicó que uno de los principales fallos de la normativa estriba en otorgar competencias en bienestar animal a los ayuntamientos, “que carecen de medios y de personal, porque la mayoría no tienen veterinarios municipales”. También señaló que la ley llega muy tarde, “porque debió redactarse hace 15 años”, y se mostró partidaria de tratar la cuestión de los animales de compañía mediante planes de acción integrales, “dentro de una política preventiva y no reactiva, como se viene haciendo hasta ahora”.
La veterinaria Alexia Falcó, directora técnica de Tan Amigos, de Tarragona, aseguró que la ley “trata de poner orden en el caos, pero sin recursos, sin procedimientos estandarizados, sin medios, no puede funcionar, más aún por su carácter transversal”. Asimismo, destacó el valor de la veterinaria en la atención a colectividades animales, no solo individuos; el concepto “vivencia responsable” más allá de la mera tenencia, y la necesidad de dejar al margen en “factor emocional” en casos como las adopciones, “porque muchas familias vienen con unas expectativas que no se corresponden con la realidad de lo que es un animal”.