La leishmaniosis es una enfermedad zoonósica que no sólo afecta a los perros, sino también a otras especies como los gatos, animales en los que es menos conocida. Sin embargo, la detección de la Leishmania spp. está aumentando en la población felina y los veterinarios hacen un llamamiento a los tutores de los gatos para que estén alerta.
Además, en la actualidad, esta enfermedad ha perdido su carácter estacional ya que el aumento de temperaturas favorece la presencia de los insectos vectores que la transmiten -los mosquitos flebótomos- todo el año, según advierte el Colegio de Veterinarios de Barcelona con motivo del Día Mundial de la lucha contra la Leishmaniosis celebrado el 1 de junio.
La leishmaniosis es una enfermedad parasitaria causada por la Leishmania infantum. Este patógeno se transmite por la picada de un tipo de mosquito llamado flebótomo, y se considera una zoonosis porque de forma infrecuente se puede transmitir de los animales a las personas. Su distribución geográfica en el mundo varía, pero, actualmente, es endémica en la Cuenca del Mediterráneo.
La leishmaniosis canina es más conocida y estudiada, y en España se diagnostican anualmente 31 casos nuevos por cada 1.000 perros. Pero el Colegio de Barcelona este año quiere poner el énfasis en la leishmaniosis en gatos, puesto que se está detectando de forma más frecuente y con presentaciones muy variables.
“Tanto a los tutores de los gatos como a los veterinarios nos cuesta pensar que un gato pueda estar afectado por esta enfermedad, pero, ambos debemos tenerla más presente. A los veterinarios nos toca sospechar de ella e incluirla en los protocolos diagnósticos. Y a los tutores les toca la parte de prevención, a pesar de que no tenemos unas guías tan claras como en perros, recomendamos desparasitar externamente durante todo el año a todos los gatos, también a los gatos que viven dentro de casa y sobre todo a los inmunosuprimidos.
Actualmente, debido al aumento de las temperaturas, se ha perdido la estacionalidad de los mosquitos vectores y éstos pueden transmitir la enfermedad tanto al gato como al perro durante todo el año”, advierte la Laura Izquierdo, veterinaria y portavoz del comité científico del Colegio de Barcelona.
Algunas recomendaciones
-Los mosquitos que pueden estar presentes durante todo el año y transmitir la enfermedad a perros y gatos, por lo que hay que hacer una prevención continua.
-Usar antiparasitarios externos durante todo el año. En el caso de perros la pipeta mensual o el collar semestral. En el caso de gatos el collar es el único sistema probado para la prevención de la leishmaniosis.
-Los gatos inmunosuprimidos, tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad. Recomendamos reforzar el sistema inmunitario del gato con una buena alimentación y consultar al veterinario de confianza en caso de duda.
-A pesar de esto, la prevalencia clínica de la enfermedad en gatos sigue siendo menor que en perros y estos parecen ser capaces de controlar mejor la enfermedad, desarrollando más infecciones subclínicas y en ocasiones, siendo capaces de eliminarlas sin necesidad de tratamiento.
Síntomas en felinos
Algunos de los síntomas más frecuentes de la leishmaniosis en gatos son las costras y úlceras en la piel, heridas o marcas cutáneas y mucotáneas en la lengua y los ojos, decaimiento o debilidad, dermatitis nodular en la cabeza, orejas, párpados o patas, dermatitis escamosa, conjuntivitis, anemia, pérdida del apetito y pérdida de peso. Como en otras enfermedades, ante la observación de síntomas cutáneos u otros descritos es conveniente consultar al veterinario.