Una vez más, el área de jubilados del Colegio de Veterinarios de Málaga, de la mano de su responsable Tarcila Briceño, ha organizado una interesante jornada dirigida tanto a jubilados como a compañeros veterinarios en activo, quienes en esta ocasión han descubierto el origen de la miel en la localidad malagueña de Colmenar, en la comarca de La Axarquía, que debe su topónimo a la histórica actividad apícola.
A la visita acudieron un total de 26 colegiados y familiares, que conocieron de primera mano el proceso de elaboración de la miel, las abejas y la apicultura. La primera parada tuvo lugar en el Museo de la Miel donde se realizó un recorrido por el centro de interpretación de la apicultura, con explicaciones sobre la elaboración de la miel desde la antigüedad hasta la actualidad, beneficios para la salud, herramientas empleadas para la extracción y tratamiento.
Entre los atractivos del museo, destacan una sala que reproduce el interior de una colmena a tamaño gigante o la recreación de una abeja gigante sobre una flor hiperrealista. Además, durante la visita se realizó una cata y degustación de los distintos tipos de mieles.
La segunda parte de la jornada incluyó una visita a las colmenas con trajes de apicultor, caretas y guantes y otras herramientas requeridas para cosechar la miel. Esta visita guiada es una de las actividades destacadas del Museo. Como broche final, y para recuperar energía, el grupo disfrutó de un almuerzo de convivencia en Hotel Restaurante Belén en un ambiente muy agradable de compañerismo.
Polinización y biodiversidad
Los veterinarios que asistieron fueron Tarcila Briceño, Carlos Ríos, Antonio Villatoro, Juan Palma, Antonio Villodres, Sophia Basciano, Juan Fernández, José Ramón Torre, Antonio Cabello, Jorge Herrera y, como representante de la junta de gobierno, asistió la vicesecretaria, Noelia Díaz. Todos ellos guiados por el colegiado Juan Molina, quien asumió funciones de coordinador.
El museo es un centro temático cuyo objetivo, además de la divulgación y la promoción de las mieles y productos apícolas, se centra en difundir la importancia de la abeja en la polinización de cultivos y en la conservación de la biodiversidad, así como estimular la renovación generacional de los apicultores, sector que fija población y genera movimiento económico en zonas rurales.