Los veterinarios del Cuerpo Nacional Veterinario, que tienen entre sus funciones el control de fronteras, son los responsables de garantizar el estado óptimo de alimentos y animales vivos en los más de cuarenta Puestos de Inspección Fronterizos (PIF) existentes en España, tanto si son procedentes del extranjero como si salen con destino a otros países, lo que permite proteger la salud pública.
Según explica la Organización Colegial Veterinaria (OCV), en los PIF, situados en puertos y aeropuertos, los veterinarios realizan estrictos controles sanitarios para asegurar “que los animales vivos, alimentos, fármacos veterinarios, material genético y materiales en contacto con alimentos (MECAs) que cruzan nuestras fronteras estén en condiciones adecuadas y cumplan con la legislación comunitaria”.
Una labor que, debido al aumento masivo de viajes e intercambios de mercancías que se ha producido en las últimas décadas entre las distintas naciones como consecuencia de la globalización, “adquiere cada vez una mayor complejidad, lo que provoca que las fronteras sean cada vez más permeables”.
Por este motivo, resalta la OCV, “los veterinarios debemos realizar una labor informativa y de concienciación desde nuestros diferentes puestos de trabajo (clínicas, granjas, mataderos...) sobre los requisitos necesarios para el transporte de animales y mercancías, con el fin de que tanto las empresas exportadoras e importadoras como los particulares “no se encuentren con problemas en las aduanas que les impidan cumplir con su objetivo final”.
Procedimiento de Inspección
Tanto las importaciones como las exportaciones son sometidas a los mismos controles, visadas por los veterinarios oficiales. Un primer control documental, explica la OCV, en el que se comprueba que los documentos sean los exigidos por la Unión Europea para esa especie animal o producto.
En segundo lugar, se realiza un control de identidad para verificar que los papeles presentados coinciden con los ejemplares o mercancía a evaluar. Por último, se lleva a cabo un control físico para corroborar que todo lo que está certificado es correcto.