La junta interterritorial de la Organización Colegial Veterinaria (OCV), reunida ayer en Madrid, valora de manera positiva la puesta en marcha de la figura del veterinario de explotación, “ya que supone una oportunidad para la profesión en el sentido de seguir prestando servicios esenciales al ganadero”, y va a trabajar de la mano de los colegios para precisar algunas cuestiones relativas a su regulación y funcionamiento.
En el encuentro, al que asistieron representantes de corporaciones de las comunidades autónomas, los asistentes constataron la necesidad de asegurar la formación técnica de los veterinarios que presten este servicio, establecer un marco contractual entre el facultativo y el ganadero que aporte seguridad jurídica a ambos, fijar unos modelos recogidos en aplicaciones informáticas sencillas sobre los planes de sanidad y bienestar animal de las granjas, y estudiar posibles incompatibilidades.
Además, se considera conveniente aclarar otros aspectos como el régimen de visitas a las explotaciones, número máximo de animales atendidos por un veterinario y plasmas en una serie de documentos escritos a modo de guías los requisitos exigidos por especies animales (vacuno, porcino, ovino, caprino...).
Algunos de los veterinarios también destacaron el éxito en el desarrollo de esta figura “depende de que el ganadero entienda el valor de nuestro trabajo, que no lo considere un gasto más en una época muy difícil para la actividad pecuaria por el aumento de los insumos, sino un garantía de salud y bienestar en su cabaña que al final repercute en la rentabilidad”, y evitar que conlleve una mayor “carga burocrática” para los titulares de las explotaciones.
Acciones divulgativas
Por ello, es oportuno explicar a los ganaderos, con el apoyo de las organizaciones profesionales agrarias, las ventajas que supone esta nueva figura, mediante algún tipo de acción divulgativa como charlas o campañas informativas. “En definitiva, se trata de seguir prestando un servicio a la sociedad desde el control de la sanidad y el bienestar animal, como base de la seguridad alimentaria, en un momento en el que escasean los veterinarios de campo”, concluyeron los asistentes.
Por otro lado, el encuentro también permitió abordar el estado de la telemedicina veterinaria en España, “una fórmula que ya existe y que en ningún caso puede reemplazar el sistema presencial, sino que debe entenderse como un apoyo complementario a la labor del clínico en casos concretos”, apuntó el presidente de la OCV, Luis Alberto Calvo.
A juicio de los veterinarios presentes, es preciso establecer una regulación a partir del documento base de la Federación de Veterinarios Europeos (FVE) para determinar unos límites, ya que la propia imposibilidad de expresarse de los animales condiciona sobremanera su utilidad frente a la medicina humana.