Un grupo de 45 personas, entre colegiados oscenses y familiares, disfrutaron el pasado domingo de la tradicional excursión micológica que organiza el Colegio de Veterinarios de Huesca, que este año partió de la localidad de Abiego para adentrarse en el Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara, y dirigirse en dirección norte hacia los parajes de San Saturnino, en el término municipal de Bierge.
Una vez allí la comitiva se dividió en pequeños grupos para poder inspeccionar diferentes zonas y así poder recoger una mayor variedad de especies. Después de más de dos horas de exploración, llegó el momento de conocer las especies que se habían recolectado para explica, como todos los años, cuáles eran comestibles, sin valor, tóxicas o muy toxicas, incluso mortales.
Los participantes fueron conscientes de la conveniencia de recolectar las setas enteras, sacadas del sustrato con todas sus partes, para que la posterior identificación sea precisa y correcta, ya que en los pies hay importantes características que se pueden quedar en el sustrato al hacer esta operación, caso de volvas, anillos...
Además, se presta especial atención al gusto y el olfato, ya que ayudan a identificar correctamente muchos taxones y aportan valiosas pistas. Olores tan comunes como el del anís, harina, patata cruda, almendras amargas, lejía y otros permiten diferenciar muy bien algunas especies. Y también los sabores nos darán pistas muy importantes también para el mismo fin.
Inserción de láminas
Durante la puesta en común, se hizo referencia a más características macroscópicas importantes, tales como la inserción de las láminas con el pie, si son setas con poros, agujas y otro tipo de himenios, para así entender cómo se van separando los géneros.
Las especies recolectadas el domingo y comentadas fueron:
Mycena zephirus (sin valor culinario) una de las más abundantes del día.
Macrolepiota procera (Parasol, excelente comestible y la más abundante de las comestibles).
Cantharellus subpruinosus (rebozuelo, excelente comestible),.
Sarcodon squamosus (sin valor culinario), setas tóxicas del género Hebeloma, Inocybe, Mycena.
Lycoperdon perlatum o pedos de lobo fueron otras de las grandes protagonistas de la jornada por su gran número.
Pero, sin lugar a dudas, la jornada estuvo marcada por las setas saprófitas y la escasez de las micorrícicas. De estas últimas, cabe destacar la aparición de varias especies del género Russula, Tricholoma, Ramaria (flavescens y cedretorum) y volviendo a las saprófitas algunas especies del género Agaricus (champiñones).
Finalizada la explicación, los asistentes devolvieron al monte todas las setas que no iban a servir, y a fuera con fines gastronómicos como científicos.