Los veterinarios integrantes de la primera expedición que ha viajado a Madagascar con el fin de conocer los proyectos que Fundación Agua de Coco lleva a cabo en territorio malgache. Tres profesionales granadinos y una compañera sevillana han realizado un viaje organizado por el Colegio de Veterinarios de Granada que según explica su vicepresidente, Francisco Cerezuela, ha sido una "una experiencia emocionante y enriquecedora". "
“Hemos comprobado sobre el terreno cómo José Luis Guirao y Fundación Agua de Coco ayudan a los niños y niñas de Madagascar y poder compartir la alegría de tantos beneficiarios te llena de energía y te hace replantearte la vida", explicó, tras esta aventura solidaria que ha permitido conocer el trabajo humanitario del compañero José Luis Guirao, veterinario granadino y fundador de la ONG Agua de Coco, con más de 30 años de presencia altruista en países como Camboya, Brasil, Madagascar...
"Tras nombrarlo colegiado de honor y comenzar una estrecha colaboración en un proyecto de recuperación de flora y fauna autóctona de Madagascar, José Luis nos invitó a conocer los proyectos y se fraguó este primer viaje en junio y continuará con una segunda visita a Madagascar en agosto, cuando además de veterinarios granadinos estarán veterinarios almerienses, cordobeses y gallegos", precisó Cerezuela.
Además, Colegio de Veterinarios de Granada ha planteado un reto crowdfunding, 'En ruta con Agua de Coco. Tonga Soa Madagascar', con el que pretende recaudar 10.000 euros para colaborar en las granjas escuelas que la ONG tiene en Fianarantsoa y Mangily y un centro de recuperación de fauna autóctona.
Los integrantes de esta aventura solidaria han recorrido la isla de norte a sur, acompañados de Vola, presidente de la ONG Bel Avenir, y de José Luis Guirao, presidente y fundador de Fundación Agua de Coco, para visitar cada uno de los proyectos en los que están presentes.
Granja escuela
Las granjas escuelas de Mangily y de Fianarantsoa constituyen dos centros de formación profesional agrícola y ganadera de referencia en todo el país, y cada año acogen a unos 200 adolescentes en riesgo de pobreza extrema y exclusión con la finalidad de formarles Tras conocer la triste realidad de la explotación infantil para obtener zafiros en pozos de más de 10 metros de profundidad, en los que apenas cabe el cuerpo de un niño, Guirao enseñó a los integrantes del viaje el impresionante Colegio de los Zafiros, con más de 800 alumnos, donde Agua de Coco busca poner fin a la explotación infantil de esta zona de minas de piedras preciosas, y que todos tengan acceso a una educación de calidad basada en la información, la salud y la ciudadanía.
La escuela incluye, además, una casa de acogida, donde cada año unas 50-60 niñas y adolescentes en riesgo de exclusión social pueden disfrutar de un hogar seguro que garantice su asistencia a la escuela.
En la sede central de la ONG, los integrantes del viaje dejaron varias maletas cargadas de medicamentos, ropa, juegos, etc. y conocieron al equipo que lidera la Fundación Agua de Coco. La organización, con más de 300 empleados en nómina, destaca por un trabajo muy metódico.
Educación y recuperación de manglares
Agua de Coco gestiona también el Colegio de las Salinas, con más de 1.500 alumnos, cuyo lema es 'La educación como motor de desarrollo', que se lleva hasta sus últimas consecuencias. Los estudiantes están repartidos entre la enseñanza Infantil, Primaria, Secundaria y la Formación Profesional, con clases de cocina, informática, dibujo, música y costura. Llama la atención como acuden en orden los niños a la hora de la comida en ambos, conscientes de la importancia del acceso a la comida y al agua que, posteriormente, pueden llevar a casa para compartir con sus familias.
En Tulear, los veterinarios tuvieron la oportunidad de conocer de cerca el Centro de Acogida Socioeducativa y Musical (CASEM), donde casi 700 niños reciben formación musical. Allí también tuvieron oportunidad de conocer el Centro Social, donde la fundación lucha contra la prostitución infantil del país. La última ruta en bicicleta, desde Tulear a Mangily, tuvo parada en el municipio de Belalanda, donde Agua de Coco trabaja en un proyecto de recuperación y sostenibilidad del manglar con el objetivo de capacitar a las comunidades locales en la gestión sostenible de los recursos naturales, además de sensibilizar y reforestar la zona.
Por último, la estancia se cerró en Mangily, donde la Fundación Agua de Coco tiene un hotel solidario. Anexo al hotel dispone de un Centro Agropecuario, plantaciones de moringa que utilizan para ayudar en la malnutrición de los menores del sur de Madagascar y también el proyecto que el Colegio de Veterinarios de Granada patrocina, el Centro de Recuperación de Fauna Autóctona, donde los lemures y tortugas campan a sus anchas.