“Los veterinarios tenemos la obligación y responsabilidad de certificar que cada alimento que llega al consumidor es seguro. Somos, por tanto, un colectivo clave para garantizar la salud pública”.
Así lo destaca la Organización Colegial Veterinaria (OCV), con motivo del Día Mundial de la Alimentación, que se celebra hoy domingo, 16 de octubre, con el objeto de poner en valor el trabajo diario de los más de 10.000 veterinarios que se dedican garantizar con su labor la seguridad alimentaria en España.
“Los veterinarios realizamos una labor absolutamente esencial para que los consumidores tengan la certeza y la garantía de que los alimentos que consumen están en perfecto estado de calidad y seguridad”, explica la OCV.
La seguridad alimentaria es uno de los pilares básicos de la salud pública. Su objetivo fundamental, proteger la vida y la salud de las personas, coincide directamente con una de las principales funciones de los veterinarios: examinar de manera estricta cada una de las etapas de la cadena alimentaria para garantizar un consumo seguro.
Exhaustivo control en todas las fases
En España, subraya la OCV, “tenemos la suerte de contar con uno de los mejores sistemas de seguridad alimentaria del mundo”, caracterizado por un exhaustivo control en cada una de las fases de producción, desde el origen hasta la venta, pasando por la manipulación y la distribución.
No obstante, pese a tener un sistema de garantía a nivel nacional, la realidad es que la seguridad alimentaria supone un reto constante para todos los profesionales de la veterinaria, ya que “estamos permanentemente expuestos a riesgos biológicos y químicos a través de los alimentos, y la labor de los veterinarios es estar en continua alerta para identificar nuevas amenazas y neutralizarlas con la finalidad de garantizar la salud de todos”.