El pasado sábado falleció en Madrid, donde residía y estaba colegiado, el conocido veterinario Leopoldo Cuéllar Carrasco (Añover de Tajo, Toledo, 1929), quien entre otras muchas responsabilidades ostentó la presidencia de la Asociación Nacional de Veterinarios Jubilados (ANVJ) de 2013 a 2017, y destacó por ser uno de los pioneros en la promoción de acuicultura como actividad económica en España.
Doctor en Veterinaria, licenciado en Medicina y diplomado en Pedagogía, fue jefe de la Sección de Acuicultura e Ictiopatología del antiguo ICONA, destino que ocupó durante tres lustros años, en el que el veterinario toledano afrontó, junto a otros compañeros, a los problemas de reproducción, cría, patología y sanidad de los centros de acuicultura de repoblación y privados.
Su trayectoria profesional comenzó como veterinario titular interino en las localidades de Alameda de la Sagra, Pantoja y Cobeja (Toledo) durante dos años. En 1956, tras aprobar las oposiciones al Cuerpo de Veterinarios Titulares, fue destinado a la localidad conquense de Santa Cruz de Moya.
Durante el periodo 1958-62 permaneció de becario y contratado en el Servicio de Veterinaria de la Escuela Nacional de Sanidad y en el Servicio de Inseminación Artificial del Patronato de Biología Animal (PBA). En este centro realizó la obtención del título de oficial sanitario con el trabajo titulado “Desnaturalización proteica por calor y su influencia en la diferenciación especifica de carnes”. Obtuvo el grado de doctor en 1966 con la tesis titulada “Capacidad antigénica del esperma bovino y ovino y sus fracciones celular y plasmática. Efectos de los anticuerpos generados sobre los zoospermios”.
Acceso al Cuerpo Nacional Veterinario
En 1964 fue destinado a la Inspección de Sanidad Veterinaria de la Aduana de Irún y dos años después a la Inspección de Sanidad Veterinaria de la provincia de Toledo. Dos años después, al acceder al Cuerpo Nacional Veterinario ocupó varios destinos en el Ministerio de Agricultura: el ya citado del ICONA, técnico veterinario en el PBA durante cinco años y responsable de la Sección de Laboratorios de Sanidad Animal.
Con posterioridad, optó por la dedicación completa en la Universidad con diferentes puestos en la escala docente de la Facultad de Veterinaria de Madrid, desde auxiliar de prácticas, profesor adjunto contratado y, después de superar la oposición, profesor titular en la Cátedra de Biología (Zoología y Botánica) hasta su jubilación en el año 2000. La Universidad Complutense le nombró profesor emérito.
Académico de número de la Real Academia de Ciencias Veterinarias de España (RACVE) desde 1980, su presidente, Arturo Anadón, le recuerda como un hombre “muy comprometido con la profesión desde diferentes cometidos, apreciado y respetado por todos los compañeros, que además participó activamente en el día a día de nuestra institución”.
Desde la Organización Colegial Veterinaria (OCV) nos unimos al dolor de su familia y le trasladamos nuestro más sentido pésame.