“El sector veterinario es una de las principales garantías para evitar que se produzcan enfermedades de transmisión alimentaria. Gracias a su labor, en España los casos son muy reducidos y se localizan de forma abrumadoramente mayoritaria a tiempo para avisar a las autoridades y a la población y retirar los productos que presenten algún tipo de problema”.
Así lo subraya Luis Alberto García Alía, presidente del Colegio de Veterinarios de Toledo y del Consejo de Colegios Veterinarios de Castilla-La Mancha, que recuerda que “los consumidores estamos expuestos a innumerables riesgos tanto biológicos como físicos y químicos, por lo que resulta fundamental contar con profesionales capacitados para reducir o eliminar estas amenazas”.
En este sentido, destaca que los veterinarios son los responsables de supervisar toda la cadena alimentaria para eliminar tanto los microorganismos como aquellas sustancias químicas tóxicas que las producen.
El cáncer, los trastornos neurológicos o la artritis son solo algunas de las enfermedades que puede provocar el consumo de alimentos contaminados. En el ‘Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos’, García Alía incide en la importancia de consumir productos que cumplan con todas las garantías sanitarias para evitar posibles intoxicaciones o la aparición de enfermedades que conllevan una mayor complicación como las citadas anteriormente.
Bacterias, parásitos y contaminantes ambientales
Entre los principales microorganismos de transmisión alimentaria se encuentran las bacterias, como la Salmonella, o el Campylobacter, que afectan a millones de personas cada año. Los parásitos, como la Trichinella; y los virus, cuya fuente de contaminación suele ser la manipulación de alimentos por personas infectadas, y pueden causar desde náuseas o diarreas hasta enfermedades hepáticas. Los contaminantes ambientales, las toxinas naturales y los metales pesados se encuentran dentro de las sustancias químicas tóxicas que, tras una larga exposición pueden llegar a provocar problemas hormonales e incluso cáncer.
“El aumento de las temperaturas y la humedad durante los meses estivales favorecen el desarrollo de estos microorganismos pudiendo alcanzar dosis infectantes”, advierte García Alía, quien insiste en la importancia de la “precaución en los hogares a la hora de manipular y conservar los alimentos; cuando precisen refrigeración, siempre por debajo de los 5 °C y procurar siempre ingerir los alimentos cocinados”.
No obstante, la labor de los profesionales veterinarios es clave para asegurar la inocuidad de los alimentos. Entre sus principales tareas cabe destacar la supervisión de los productos en la recepción y almacenamiento; la evaluación del envasado y etiquetado según la normativa; la recopilación y envío de muestras al laboratorio para su análisis; la identificación de condiciones insalubres en las instalaciones de comercialización y almacenamiento; o la realización de inspecciones en los establecimientos de comercialización de los alimentos, entre otras muchas labores.