La sala de grados de la Facultad de Veterinaria de Zaragoza albergó la jornada final del Servicio Clínico de Rumiantes (SCRUM) con la que se hace balance del curso 2021/22, un acto al que asistieron el decano, Manuel Gascón; la directora del Departamento de Patología Animal, Delia Lacasta; el jefe del Servicio de Sanidad, Trazabilidad y Bienestar Animal de la Diputación General de Aragón, José Manuel Corzán, y la gerente de la Casa de Ganaderos de Zaragoza Rosa Charneca.
También acudieron los presidentes de los Colegios de Veterinarios de Huesca, Fernando Carrera; Navarra, Ángel Garde; Zaragoza, Jesús García, y el vicepresidente del de Teruel, Julián Sancho, ya que los cuatro provinciales son colaboradores del SCRUM.
El acto comenzó con la presentación de la jornada por parte de la profesora Lacasta, que valoró el funcionamiento del Servicio durante el pasado año, y continuó con dos conferencias sobre la vida profesional del veterinario dedicado a la clínica y producción de ganado vacuno.
Ainhoa Gil Moro, de Vether Girona, S.A., antigua alumna del SCRUM, disertó sobre el día a día de una veterinaria dedicada al ganado vacuno de leche. Por su parte, José Antonio Ventura Prado, de la misma empresa, también antiguo alumno y becario del SCRUM, habló del quehacer cotidiano de un veterinario dedicado al vacuno de carne.
Reconocimiento a dos ganaderos
Posteriormente, tuvo lugar la entrega de dos placas de reconocimiento a los ganaderos zaragozanos Pedro Jesús Montesa, de la explotación Montesa-Letosa-Marcén, localizada en Leciñena, y a Tomás Yagüe, de Cubel. El Servicio Clínico de Rumiantes quiso expresar de este modo su agradecimiento a ambos por su continuada colaboración con la Facultad, al facilitar el acceso a su granja tanto a estudiantes como a profesores, y poner a su disposición animales e instalaciones para la docencia e investigación.
El acto continuó con la entrega de diplomas a todos los estudiantes internos del Servicio Clínico de Rumiantes, a quienes se obsequió con el libro “La exploración clínica del ganado ovino y su entorno”. La jornada concluyó con una cata de quesos de oveja, en una sala adjunta, donde los asistentes tuvieron la posibilidad de conversar y confraternizar.