El Colegios de Veterinarios de Valladolid, ante el brote de gripe aviar registrado en una explotación de más de 133.000 gallinas ponedoras situada en la localidad de Íscar, quiere reiterar que el virus aislado (H5N1) ocasiona una enfermedad muy contagiosa, propia de las aves acuáticas silvestres, que puede afectar a todas las aves incluidas las de corral y muy excepcionalmente a los humanos, cuya propagación se ve facilitada por las migraciones de numerosas especies silvestres a lo largo del año en busca de latitudes más cálidas.
Durante los últimos meses, se ha confirmado la presencia de brotes en países como Alemania, Dinamarca, Francia, Portugal, República Checa, Reino Unido, Rusia y Serbia, tanto en aves silvestres como de corral, por lo que su llegada a España figuraba dentro de las previsiones para este invierno.
En este sentido, es oportuno recordar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que el riesgo de contagio a las personas de ese tipo de virus, como el de otros de la influenza aviar, está presente sobre todo en países de África, Asia y Oriente Medio, donde la enfermedad en endémica en las aves, “y es muy bajo en la Unión Europea”.
De hecho, solo se conoce un caso reciente en Reino Unido. Además, la infección se produce tras exponerse reiteradamente a ambientes contaminados por las aves y sus deyecciones. Por otro lado, no hay evidencias científicas de que el virus se haya adaptado al contagio entre humanos, por lo que no existen razones objetivas para generar alarma al respecto.
Sistema de vigilancia
En España, que por su situación es lugar de paso de los grandes desplazamientos de aves migratorias, los servicios de sanidad animal posee un sistema de vigilancia para detectar la entrada de ejemplares silvestres enfermos, con especial atención a lagunas y humedales, que ha permitido conformar la presencia de aves silvestres enfermas o muertas por este causa en Ávila, Cádiz, Gerona, Huelva, Lérida, Palencia y Sevilla, así como en una granja de pavos de Segovia y en otra de pollos y otra de pavos en Huelva.
Según explica el presidente del Colegio, Rufino Álamo, los Servicios Oficiales de Veterinaria de la Junta de Castilla y León ya han tomado las medidas oportunas al proceder al sacrificio y eliminación de restos de todos los animales de la granja, que permanece aislada, “con dos anillos de control alrededor de ella, uno de 3,5 kilómetros y otro de 10, porque se trata de un virus de alta patogenicidad”.
La normativa establece que hay que inmovilizar los animales de alrededor y todos sus productos. Si surgen positivos, se eliminan y se desinfecta la zona. Después, se siguen tomando muestras y análisis. Si tras un mes no se encuentra un nuevo positivo en esa área de control, se puede considerar que ha desaparecido el riesgo, aunque se debe seguir vigilando porque llegan aves de diferentes lugares del mundo. Es momento de intensificación de las medidas de bioseguridad.
Controles de seguridad en explotaciones
Este control resulta prioritario para mantener en condiciones sanitarias seguras las explotaciones avícolas de Castilla y León, segunda región productora de huevos de España, después de Castilla La Mancha. En concreto, Valladolid suma un censo de 4,3 millones de gallinas ponedoras, localizadas en buena medida en la comarca de Íscar y Olmedo, lo que representa la mitad del total de la región según datos de 2016, mientras que la vecina Segovia acoge el 22 por ciento. La producción nacional de huevos es autosuficiente y de hecho se destina el 20 por ciento a la exportación.
Desde el Colegio de Veterinarios de Valladolid se quiere enfatizar en la importancia del control de la circulación de los virus de la gripe aviar en las aves para reducir el riesgo de infección humana, y aclara que no hay datos que indiquen que los virus de la gripe aviar se puedan transmitir al ser humano a través de la carne o los huevos de ave bien cocinados.
La gripe aviar, ejemplo de la interdependencia existente entre la salud humana, la salud animal y la sanidad ambiental, motivó a las organizaciones internacionales de referencia en la materia (OMS, OIE y FAO) a promover la estrategia “Una Salud”. La veterinaria, por sus competencias en la materia, es una profesión imprescindible de la estrategia, por su labor cotidiana de prevención de las zoonosis, lucha frente a la resistencia a los antibióticos y para garantizar los altos niveles de seguridad e inocuidad alimentaria en beneficio de la población.