Cada año ingresan más de 50.000 animales en los Centros de Recuperación de Fauna Silvestre en España, donde los veterinarios son los encargados de prestarles la atención sanitaria que requieren, en su mayoría por intoxicaciones, electrocuciones, atropellos, trampas, desnutrición o malas actuaciones de cazadores desaprensivos.
Las intervenciones de los veterinarios en estos centros son fundamentales, según señala la Organización Colegial Veterinaria (OCV), ya que “permiten la recuperación de la fauna protegida que ingresa, por accidente o enfermedad, y su posterior reintroducción al medio natural, lo que ayuda a mantener el equilibrio de los ecosistemas”.
Un trabajo, en el que, destaca la OCV, “colaboran los veterinarios de los centros, los agentes medioambientales, el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (SEPRONA) y miles de voluntarios, lo que resulta de gran importancia para la detección de animales en riesgo”.
Asimismo, a la labor de recuperación de estos centros se suma la de la recogida sistemática de información, el control de los ejemplares devueltos al medio y la investigación forense para la detección de problemas ambientales y principales causas de muerte de especies protegidas. Asimismo, desarrollan diferentes proyectos para proteger y actuar sobre los problemas concretos que afectan a las especies silvestres.
Correcta actuación ante un animal herido
La OCV destaca la importancia de que los ciudadanos presten auxilio en caso de encontrarse con un animal herido, pero siempre siguiendo una serie de pautas. Así, es importante coger al animal con cuidado, siempre protegiendo las manos con guantes gruesos o con una toalla y evitando acercar la cara al animal, principalmente en el caso de las aves.
Lo normal es que el animal se encuentre nervioso, por lo que intentará defenderse.Para evitar que ocasione daños lo mejor es colocarse a su espalda y cubrir su cabeza suavemente con una manta, paño o cualquier prenda de vestir. El animal quedará inmóvil y será más fácil recogerlo.
Conviene mantener al animal en un lugar tranquilo, con calor, y oscuro, como puede ser una habitación o una caja de cartón con agujeros para su ventilación. Además, es vital no proporcionar ni comida ni agua y, por supuesto, avisar a las autoridades competentes o al centro específico más cercano con la mayor brevedad posible para que se hagan cargo del ejemplar, ya que su recuperación depende en muchos casos de la velocidad con la que se actúe.