“Un correcto manejo de los animales y su bienestar son pilares fundamentales de la investigación en este ámbito, que siempre se debe realizar cumpliendo los máximos estándares de buenas prácticas para garantizar la protección de los animales utilizados para fines científicos y de investigación”.
Así lo subraya la Organización Colegial Veterinaria (OCV), que también destaca que en España todos los proyectos de investigación en los que participan animales “están rigurosamente regulados por la Directiva Europea 2010/63/EU y la legislación nacional, que establecen normas para la protección de los animales utilizados en experimentación y otros fines científicos, incluida la docencia”.
De hecho, nuestro país cuenta con un Comité de Ética de la Investigación y Bienestar Animal en el que participan veterinarios y otros profesionales en equipos multidisciplinares para controlar y evaluar todos los proyectos de investigación en la materia, y que actúa en el caso de que existiera algún tipo de incumplimiento.
Repulsa ante los hechos
Tras la noticia aparecida recientemente en medios de comunicación sobre presuntas prácticas de maltrato animal dentro de una empresa de investigación ubicada en la localidad madrileña de Tres Cantos, la OCV manifiesta su rotunda repulsa ante todo acto que atente contra la integridad de cualquier animal.
Además, habida cuenta de la gravedad de los hechos, la OCV está considerando su personación como acusación particular, de acuerdo con las previsiones contenidas en la Ley de Enjuiciamiento Criminal, en las diligencias judiciales que eventualmente lleguen a incoarse como consecuencia de las actuaciones acometidas por el SEPRONA en las instalaciones del citado laboratorio.
“El impecable trabajo que se realiza en la investigación con animales, y la buena labor tanto de los veterinarios como de otros muchos profesionales sanitarios, no debe verse empañado por una mala praxis por parte de una empresa o persona concreta”, sostiene la OCV.
Grandes beneficios para la salud humana y animal
Conviene recordar que el uso responsable de animales en proyectos de investigación ha contribuido al desarrollo de la mayoría de los tratamientos, vacunas o técnicas quirúrgicas que se utilizan hoy en día en medicina humana y veterinaria. De hecho, muchos de los fármacos empleados en veterinaria son los mismos que se usan en medicina humana, como pueden ser los antibióticos, analgésicos y tranquilizantes, entre otros.
Las personas compartimos más del el 90% de los genes con animales como el ratón o el chimpancé, lo que los convierte en un modelo cercano al cuerpo humano. Descubrimientos como la penicilina o vacunas como la de la polio, la meningitis, incluso la del papiloma humano, no hubiesen sido posibles sin la investigación animal. Tampoco hay que olvidar que padecemos enfermedades similares como el cáncer, la tuberculosis, la diabetes o la gripe.
Los veterinarios trabajan en el desarrollo de vacunas y productos farmacológicos tanto para animales como para personas, y todos aquellos tratamientos aplicados en animales enfermos o en investigación son previos a su uso en humanos.