El Colegio de Veterinarios de Cádiz ha realizado entre sus colegiados un estudio sobre violencia hacia los veterinarios en el desempeño de su actividad profesional con el objetivo de tener un conocimiento claro y directo de esta realidad, y contribuir a incrementar el apoyo a los profesionales colegiados que lo sufren y articular medidas para la prevención y la defensa.
Un total de 113 colegiados han participado en la encuesta realizada de forma telemática. El área de trabajo mayoritaria de estos profesionales es la clínica de pequeños animales, bien como titulares de esta o como asalariados. También han tomado parte veterinarios de la Administración en el ámbito de sanidad pública, investigación o de control de explotaciones ganaderas.
De los 113 veterinarios, 84 reflejan haber sufrido algún tipo de agresión en su desempeño profesional, lo que en porcentaje supone un 74,3 por ciento de los encuestados. De forma muy mayoritaria el tipo de agresión más sufrida es la verbal, que incluye insultos, gritos o amenazas. En algunos casos, esta agresión se ha producido a través de internet, mediante el uso de las redes sociales o Google. En tres casos se produjeron agresiones físicas.
La causa mayoritaria del acto violento hacia el veterinario es “no cumplir con la exigencia del cliente, discrepancias en la atención o liquidación del importe. Otros motivos por lo que se produjeron agresiones fueron el tiempo de espera o incluso una agresión por parte de una persona “cuidadora” de colonias de gatos. El titular del animal es el agresor mayoritario. Según la encuesta, 23 de los veterinarios agredidos presentaron denuncia. De todos ellos, quienes han especificado el resultado de esta, ocho han señalado un resultado satisfactorio de la misma, siete insatisfactorios y dos están a la espera de juicio.
Carencias en el sector privado
Respecto a la formación específica recibida, la encuesta refleja la falta de formación en el ámbito clínico, en contraste con la recibida en el sector público e impulsada por la Administración pública en sus diferentes programas preventivos, lo que motiva al Colegio de Cádiz a replantear el bloque de gestión de habilidades sociales, en el que incorporarán este tipo de formación con el fin de suplir la carencia que se da en el ámbito privado de la profesión.
“Del mismo modo que ocurre con los médicos, los veterinarios también somos en ocasiones objetivo de reacciones violentas por parte de nuestros interlocutores, concretamente los titulares de las mascotas. Por este motivo, hemos querido conocer la realidad a este respecto entre los veterinarios gaditanos y hemos realizado este estudio, del que hemos extraído una serie conclusiones que emplearemos para poder diseñar protocolos y planes de actuación tanto en una dimensión preventiva como en otra de defensa. Animamos a todos los colegiados que sufren agresión a que lo pongan en conocimiento del Colegio”, afirman desde la junta de gobierno.