Cada año se producen en España más de 400 brotes alimentarios, de los que el 50% podrían evitarse con una adecuada manipulación y conservación de los alimentos en los hogares. “Una práctica de vital importancia que evitaría numerosas intoxicaciones alimentarias y, por consiguiente, la aparición de enfermedades zoonósicas causadas por la ingestión de productos de origen animal”, asegura Luis Alberto Calvo, presidente de la Organización Colegial Veterinaria (OCV).
La OCV recuerda que en los meses de verano se registra un incremento en las intoxicaciones alimentarias puesto que existe un mayor riesgo, debido a que las altas temperaturas favorecen el desarrollo de microorganismos, pudiendo alcanzar dosis infectantes. En este sentido, el presidente señala que los veterinarios, “que somos una figura indispensable en la seguridad alimentaria, tenemos la responsabilidad y el deber de advertir y concienciar a la sociedad de la importancia de seguir tratando los productos de una forma adecuada hasta su consumo”.
“Los veterinarios -explica Calvo- controlan y gestionan la posible emergencia de enfermedades en el origen y vigilan todos los procedimientos, desde la granja hasta la mesa, asegurando que los alimentos están en un perfecto estado sanitario, pero una vez en casa, la responsabilidad es de todos”.
Más de 3.000 veterinarios trabajan para garantizar el correcto estado sanitario de los productos, realizando alrededor de 550.000 controles de calidad e inspecciones de sanidad. Asimismo, son los únicos profesionales que cumplen en exclusiva con los conocimientos, competencias y atribuciones para el ejercicio de actividades en el ámbito de la seguridad alimentaria.