El Consejo Valenciano de Colegios Veterimarios (CVCV) solicita a la Generalitat que aproveche la tramitación de la de Ley sobre protección, bienestar y tenencia de animales de compañía para extender la obligatoriedad en la identificación con microchip de los perros –ya vigente a los otros dos animales domésticos que se sabe que actúan como reservorios de esta enfermedad, los hurones y los gatos. “Al contar con información sobre esta enfermedad y sobre la de la rabia, mejoraría el control epidemiológico de ambas. La Unión Europea solo considera válida la vacuna de rabia si se realiza con posterioridad a la identificación y se da la incoherencia de que en la Comunidad esta vacunación es obligatoria para perros, gatos y hurones y la identificación solo lo es para perros. Por otra parte, el microchip con el que se identifica a estas mascotas permitiría que la lucha contra el abandono de animales fuera más efectiva”, explica la presidenta del CVCV, Inmaculada Ibor.
La petición se produce después de que un veterinario valenciano, Jacobo Giner, confirmara el primer caso Leishmania infantum en un hurón doméstico infectado en una zona endémica como España, donde frecuentemente se detecta esta enfermedad pero en perros y con menor intensidad, en gatos. El caso clínico ha sido publicado en la revista Veterinary Parasitology y es de gran relevancia clínica, de un lado porque este animal está ganando a marchas forzadas presencia en las casas de los valencianos y bien podría ser ya la tercera mascota preferida y del otro, porque el hallazgo de esta zoonosis reafirma la necesidad de mejorar el control epidemiológico en esta especie. El hurón, además, puede transmitir la rabia y por ello su vacunación –como la de los canes y felinos ya es obligatoria en la Comunitad Valenciana. La identificación de todas estas especies –como advirtió en su momento el CVCV en las alegaciones a la referida Ley ahora en trámite es el único mecanismo que asegura que un animal está vacunado frente a este virus.
Por esta razón, vinculada al control de la rabia y/o por las facilidades que da el chip a la hora localizar al propietario y recuperar el animal (perdido/abandonado), hasta 6 autonomías ya han regulado la identificación obligatoria de perros, hurones y gatos (Andalucía, Cataluña, Madrid, Murcia, Navarra y La Rioja).
Para realizar las comunicaciones a la Red de Vigilancia Epizootiológica es imprescindible que los animales estén identificados y dados de alta en el Registro Informático Valenciano de Identificación Animal (RIVIA). La Leishmaniosis es una de las diez enfermedades zoonóticas incluidas en esta red (las más importantes) y, como se ha dicho, es la zoonosis más veces comunicada en perros. “Si los hurones y gatos estuvieran identificados y registrados en el RIVIA podríamos comparar los casos comunicados por las clínicas a esta red con los notificados por los centros de salud en personas, lo que ayudaría a decidir estrategias para prevenir esta y otras posibles zoonosis”, aclara Ibor.
Tasas (casos por cada 100.000 habitantes) de Leishmania en humanos entre 1982 y 2018
Los datos del último Informe Epidemiológico de Enfermedades Transmitidas por Vectores de 2018 de la Consejería de Sanidad valenciana confirman que los casos de Leishmaniosis en personas han pasado de 87 en 2013 a 174 cinco años después y que la tasa de incidencia de esta enfermedad es en la Comunidad valenciana siete veces superior a la media nacional (3,52 casos por cada 100.000 habitantes por menos de 0,5). La información de la Red de Vigilancia Epizootiológica, que comenzó a funcionar también en 2018, confirma que esta enfermedad parasitaria es también, con mucho, la zoonosis más diagnosticada y más veces comunicada por los veterinarios a este registro.
Sobre la Leishmania
La leishmaniasis es una enfermedad endémica en España que se transmite a través de la picadura de mosquitos hembras de los géneros Phlebothomus. Que los felinos, los perros o –como se acaba de descubrir los hurones sean reservorios significa que estos animales ejercen de huéspedes donde el parásito que genera la enfermedad permanece estable y actúa como foco de dispersión, mostrando o no síntomas de la misma. Hay 3 formas principales de la enfermedad en humanos: la leishmaniasis cutánea (LC), que es la infección primaria y la forma más común, que si no se resuelve puede producir formas diseminadas en piel (LC diseminada o difusa) o más profundas en mucosas (leishmaniasis mucocutánea –LMC–) u órganos internos (leishmaniasis visceral –LV– o kalaazar, la forma más grave).La enfermedad en humanos es debida principalmente a la Leishmania infantum, que produce formas tanto cutáneas (generalmente nódulos aislados con resolución espontánea en unos meses) como viscerales en los animales y que puede llegar a ser letal.