En plena época de recogida de setas, en ejercicio de su responsabilidad como profesionales sanitarios responsables de la Seguridad Alimentaria, el Colegio de Veterinarios de Asturias ha querido recordar a los consumidores algunos falsos mitos utilizados para identificar setas venenosas. Se trata de una serie de recomendaciones conocidas por el sector y recopiladas en su momento por el departamento de Salud de la Comunidad de Madrid y ahora compartidas por los veterinarios asturianos. Y es que se trata de unas creencias altamente peligrosas, toda vez que cada año en España, alrededor de 300 personas sufren intoxicaciones relacionadas con el consumo de setas y, en algunos casos, se produce el fallecimiento de los afectados.
Así, desde el Colegio recuerdan todas aquellas afirmaciones que NO SON CIERTAS, a la hora de identificar si una seta es, o no, venenosa:
De igual modo, como parte de esta concienciación, el Colegio ha querido aconsejar a los ciudadanos sobre la actividad recolectora. En este sentido apunta que es muy importante:
Profesionales sanitarios responsables de la Seguridad Alimentaria
Hay que recordar que el veterinario es un garante de la salud pública, ya que son los responsables de llevar a cabo el control oficial sobre los alimentos y así velar para que lo que llega a nuestra mesa goce de las mejores garantías posibles.
En este sentido, el Colegio de Veterinarios de Asturias siempre ha estado muy comprometido con la Seguridad Alimentaria; un compromiso que abarca todas las fases de la cadena alimentaria, desde el sector primario hasta el consumidor final (del campo a la mesa) y que muestra de muy diversas formas: a través del trabajo de la Comisión de Seguridad Alimentaria -creada en el año 2013-, mediante los cursos de formación -una herramienta que permite aumentar la calidad y eficacia de las actuaciones de los veterinarios- y también a través de la concienciación del ciudadano. Y es precisamente en este último punto en el que han querido centrarse con esta publicación.
Y es que las estadísticas determinan que un gran número de las intoxicaciones alimentarias se producen por una incorrecta manipulación de alimentos en el hogar. Esto quiere decir que el peso de la responsabilidad de la seguridad alimentaria no puede recaer solamente en las empresas, si no que el
consumidor, como último “eslabón” de la cadena, tiene una influencia directa en la seguridad y debe seguir las pautas correctas de comportamiento, desde la forma en la que realiza la compra, hasta cómo guarda, almacena y prepara los alimentos en el hogar. Y es que, tal y como afirma Armando Solís, Presidente del Colegio, “todos somos responsables de la seguridad alimentaria”.
Además, el consumidor debe ejercer su capacidad de exigir y reclamar su derecho a una alimentación saludable, demandando productos que le ofrezcan plenas garantías, requiriendo información veraz, comprensible, amplia y detallada sobre todos los alimentos del mercado y también denunciando públicamente aquellos casos de incumplimiento de las normas relacionadas con la seguridad alimentaria. De esta forma, se conseguirá que las empresas de alimentación que trabajan con criterios rigurosos permanezcan abiertas, en detrimento de las que no.