El Colegio de Veterinarios de Cádiz alerta de que con la llegada del verano, algunos de los principales problemas de salud que pueden presentarse entre la población son las denominadas toxiinfecciones alimentarias. Es por eso que la institución ha elaborado una campaña informativa que tiene como objetivo concienciar a la sociedad sobre la importancia de la prevención para que no se vean afectados por algunas de estas dolencias, porque la mejor manera de evitar una situación indeseable es hacer todo lo posible para que ello no suceda.
Con la llegada del verano, es muy normal experimentar un cambio de hábitos alimentarios. Esos cambios afectan tanto al tipo de alimentos y a su preparación, como a los hábitos de consumo, y es que en una zona como la Provincia de Cádiz, el verano es una temporada habitual de vacaciones, periodo donde el tiempo de ocio de las personas se multiplica y ello conlleva entre otros hábitos a realizar más comidas fuera de casa. Es por eso que el riesgo de contraer una infección o intoxicación alimentaria se multiplica.
Lo primero que el público debe saber es la diferencia entre infección e intoxicación alimentaria, términos que se tienden a confundir. Una Infección alimentaria se produce por el consumo alimentos en los que han proliferado una serie de microorganismos, que se multiplican e invaden el organismo a través de las mucosas del aparato digestivo provocando una serie de cuadros clínicos de mayor o menor gravedad según el germen invasor. En el caso de la Intoxicación alimentaria: se produce por la ingesta de alimentos que contienen las toxinas ya preformadas y liberadas por los microorganismos que habían proliferado en dichos alimentos. Estas toxinas son las responsables de generar los procesos patológicos en el tracto digestivo con cuadros clínicos de diversa consideración.
Llegados a este punto, desde el Colegio gaditano inciden en la importancia de reseñar las infecciones alimentarias más conocidas:
- Salmonelosis. Especialmente frecuente enlos meses de calor, se produce debido al consumo de alimentos contaminados por microorganismos del género Salmonella. Afecta especialmente a los comestibles elaborados con huevos crudos, como las mayonesas, cremas pasteleras, tortillas poco hechas, además de carnes y productos lácteos. Lo mejor para evitarlo es extremar las medidas de seguridad en la conservación y elaboración, manteniendo los alimentos a temperatura de refrigeración (4-5 grados), así como evitando tomar productos lácteos sin pasteurizar o las carnes poco hechas. La cocción adecuada y la higiene en la manipulación previenen las infecciones causadas por estos microorganismos.
- Anisakiosis. Se produce por la presencia del Anisakis, un gusano parásito que se aloja en la mayoría de los peces de consumo habitual que tienden a ingerirse crudos o pre-cocinados. Es fundamental para evitarlo congelar siempre el pescado a -20 grados durante 72 horas y la cocción a más de 70 grados.
- Campylobacteriosis. Se puede contraer por el consumo de leche sin pasteurizar, carnes o aves crudas o poco cocidas y aguas contaminadas. Es una de las infecciones alimentarias más frecuentes y su prevención se realiza conservando los alimentos a temperaturas de refrigeración para inhibir su crecimiento y cocinándolos a suficiente temperatura para eliminar al microorganismo.
- Toxoplasmosis. La produce el parásito Toxoplasma gondii y se produce por la ingesta de carne cruda o insuficientemente cocida, además contaminadas con el organismo anteriormente nombrado. Resulta especialmente grave en mujeres embarazadas, puesto que la infección producida por la ingesta de alimentos contaminados durante la gestación puede tener graves consecuencias para el feto.
Igualmente, las intoxicaciones alimentarias más relevantes son las siguientes:
- Intoxicación estafilocócica. La provocan las toxinas preformadas de Staphylococcus aureus, un microorganismo que se transmite por la ingestión de alimentos que han sido elaborados a temperatura inusficiente o que se han mantenido a temperatura ambiente (nuevamente, se incide en las carnes, productos de ave y huevo, cremas pasteleras, leche y productos lácteos). La causa más frecuente es la contaminación cruzada debido a una manipulación y una higiene inadecuada de las instalaciones o de los manipuladores de alimentos.
- Botulismo. Lo produce la presencia de las toxinas de la especie Clostridium botulinium en alimentos enlatados (conservas de frutas, carnes o verduras). Lo mejor para evitarlo es no comprar latas abolladas, rotas o abombadas y calentar las materias primas y los envases, en el caso de elaborar conservas caseras, a temperaturas superiore¡es a 110 grados durante 35 minutos y en ollas a presión para así eliminar la toxina, que se considera la toxina biológica más potente que existe. Si no se trata a tiempo, puede llegar a provocar la muerte.
- Clostridium perfringens. No es muy frecuente y se produce por la presencia de las toxinas producidas por este microorganismo en alimentos contaminados previamente y recién cocinados, especialmente en carnes y salsas que se mantienen elaborados a temperatura ambiente con mucha antelación a su consumo, como es el caso de los bufftets o los banquetes. Para evitarla se recomienda no consumir carnes crudas, así como las comidas precocinadas, enfriadas con lentitud o recalentadas.
Con todo, el Colegio de Veterinarios de Cádiz recuerda y hace suyas las diez reglas básicas para la preparación segura de los alimentos que dictamina la Organización Mundial de la Salud, las cuales se recomienda adoptar siempre, y especialmente, en el verano:
- Elegir alimentos que han sido tratados con técnicas higiénicas.
- Aplicar tratamientos de cocción adecuados.
- Consumir de forma inmediata los alimentos cocinados.
- refrigerados.
- Recalentarlos de forma uniforme.
- Evitar el contacto de alimentos crudos con cocinados.
- Lavarse bien las manos antes de manipularlos, y entre alimento y alimento.
- Lavar bien las superficies y utensilios que entran en contacto con los alimentos.
- Mantener los alimentos fuera del alcance de insectos, roedores y otros animales.
- Usar agua potable para cualquiera de los usos.
Como conclusión y pese a toda la información detallada, desde Colvet Cádiz recuerdan la importancia de que en caso de presentar náuseas, dolor abdominal, vómitos, diarrea, fiebre, dolor de cabeza o fatiga, hay que acudir inmediatamente y sin ninguna duda al profesional sanitario más cercano para recibir el tratamiento más adecuado. Y muy importante también, hay que huir siempre de la automedicación.