Antes de comenzar el examen, Felipe Vilas, consejero de la Junta Ejecutiva del Consejo General y presidente del Colegio de Madrid, dirigió unas palabras a los examinandos en las que destacó la apuesta del CGCVE por la exigencia de calidad en este procedimiento de certificación. “Lo que se pretende es que aquellos méritos de los que sois poseedores hay que ratificarlos, como ocurre en otros países de la Unión Europea” subrayó. “Eso es fundamental porque tenemos una profesión que, aunque es de especialistas, no está reconocida oficialmente como tal. Este reconocimiento del Consejo con este Certificado lo que hace es dar el primer paso, y muy serio, en este sentido”.
Felipe Vilas, tras agradecer la gran labor realizada por el comité organizador del examen, se dirigió especialmente a los veterinarios de altísimo nivel que iban a realizar el ejercicio: “Algunos de vosotros habéis sido profesores y referencia de muchos de los hoy son vuestros compañeros de examen. El hecho de que estéis ahí engrandece este procedimiento y engrandece este título que sirve de referencia a los veterinarios jóvenes que seguirán el procedimiento del Certificado Europeo en Clínica Equina que se pondrá en marcha próximamente”. Y concluyó afirmando: “Para el Consejo será una gran satisfacción que seáis los primeros veterinarios de España de todos los ámbitos del ejercicio clínico que vais a obtener este título”.
50 PREGUNTAS TIPO TEST Y 10 PREGUNTAS PRÁCTICAS
Rufino Rivero, secretario general del Consejo General, explicó a los examinandos la estructura del examen: 50 preguntas tipo test y 10 preguntas sobre contenidos prácticos.
Según Manuel Alejandro Rodríguez, coordinador del grupo de examinadores que elaboraron las preguntas, el examen se ha configurado para certificar que los que se examinan realmente están ejerciendo la clínica equina. “Un veterinario que ejerza la clínica esporádicamente tendría muchas dificultades para superar el examen; la naturaleza de la certificación es darle reconocimiento a la gente que tiene dicha experiencia práctica”. El examen estaba dividido intencionadamente en ocho bloques temáticos para que exista un paralelismo con los ocho módulos de formación de los que consta el Certificado Europeo en Clínica Equina que, homologado por VetCEE, se pondrá en marcha próximamente como procedimiento de especialización de los veterinarios más jóvenes. “Eso eleva el nivel de exigencia del examen”, afirma Rodríguez, “ porque, por ejemplo, se presentan grandes especialistas en cirugía equina que van a tener que responder preguntas sobre temas reproductivos muy alejados de su práctica en el día a día. El examen ha exigido que todo el mundo haya tenido que repasar para ponerse al día”.
MÁS DIFÍCIL DE LO ESPERADO
Los veterinarios que se examinaban dispusieron de dos horas para realizar el examen. A medida que se procedía el goteo de veterinarios que concluían el ejercicio, a las puertas del Salón de actos se sucedían los corrillos con un comentario unánime: el examen había sido más difícil de lo que esperaban. Así lo ratificaron los dos primeros en concluir el examen: Álvaro Vázquez –que ejerce la clínica equina en Madrid– y Juan Manuel Suárez –que ejerce en Asturias.
Coincidía en este diagnóstico Francisco Vázquez, uno de los principales impulsores del proceso de certificación que, acostumbrado a examinar a sus alumnos en la Facultad, había cambiado los papeles. “Con este examen no debería haber problemas para aprobar, pero ha sido un poquito más difícil de lo que se esperaba porque algunas preguntas tenían un nivel elevado”, comentaba Vázquez en los corrillos mientras hacía una reflexión sobre la naturaleza humana: “Es curioso cómo el ser humano adopta un rol en cada momento: ahora estoy haciendo los comentarios que suelen hacer mis alumnos después de los exámenes”.
También con la humildad del alumno, Jorge de la Calle, Diplomado Europeo y Americano, y uno de los grandes especialistas españoles en cirugía equina, hacía su diagnóstico: “El examen ha tenido un nivel aceptable, había que pensárselo bien para responder a muchas de las preguntas. Siempre se le puede sacar punta diciendo que había alguna pregunta que era cuestionable pero en general creo que los examinadores han hecho un muy buen trabajo, porque no era un trabajo fácil”. Para De la Calle este certificado es muy útil porque refuerza la tendencia hacia la especialización. “Hemos empezado por équidos pero creo que el resto de la profesión tendría que venir detrás. La especialización no es el futuro, es el presente”, concluía.
El presidente de la Asociación de Veterinarios Especialistas en Équidos (AVEE), Juan Antonio de Luque, agotó las dos horas disponibles para realizar el examen. A él también le sorprendió el nivel de exigencia del ejercicio. Bromeando lo describía gráficamente: “Yo pensaba que iba a sacar un notable y lo más probable es vaya a sacar un bien”. Pero realizaba un balance positivo: “Como clínico de campo que lleva 16 años trabajando con caballos me ha parecido que el examen ha exigido un buen nivel. Además en algunos apartados el examen tenía un enfoque muy práctico, que exigía demostrar la experiencia adquirida”. Como presidente de la AVEE, Luque se mostraba satisfecho con al experiencia: “Este certificado era necesario en la profesión veterinaria española y para los clínicos de équidos y estoy muy satisfecho de haberlo realizado. Auguro un buen futuro a este certificado español”.
UNA BAREMACIÓN EXIGENTE
Para acceder a la realización del examen los aspirantes han tenido que realizar un exigente proceso de baremación justificando su actividad profesional en los últimos años; certificando estancias de formación, internados y periodos de prácticas; aportando la existencia de títulos propios sobre équidos impartidos por Universidades y centros reconocidos; justificando la asistencia a congresos y jornadas; aportando publicaciones en revistas científicas, comunicaciones presentadas a congresos; y demostrando su pertenencia a asociaciones científicas y profesionales.