Los Servicios Veterinarios Oficiales de Bulgaria declararon el pasado viernes, 31 de agosto de 2018, su primer foco de Peste Porcina Africana (PPA) en una explotación de cerdo doméstico, según una nota distribuida por el Ministerio de Agricultura y Pesca. Se trata de un foco ocurrido en el municipio de Tutrakantsi, en la región de Varna, que se localiza en la región noreste del país, cerca de la frontera de Rumanía, uno de los países europeos con mayor incidencia de PPA este año, con 815 focos declarados en 2018, hasta la fecha.
La explotación afectada, que tenía un censo de siete cerdos de los cuales cuatro fueron afectados por la enfermedad, informó a sus servicios veterinarios locales tras encontrar a estos cuatro animales muertos. El análisis de las muestras tomadas en el Laboratorio Nacional de Referencia búlgaro reveló que se trataba de un caso de PPA.
Los Servicios Veterinarios Oficiales búlgaros han adoptado de forma inmediata las medidas de control contempladas en la Directiva 2002/60/CE, por la que se establecen disposiciones específicas de lucha contra la peste porcina africana. En concreto, se ha establecido una Zona de Protección de un radio de 3 km en torno a la explotación afectada, que incluye los municipios de Tutrakantsi y Bozveliysko. Así mismo, se ha adoptado también una Zona de Vigilancia de un radio de 10 km en torno a la explotación, que incluye los municipios Avren, Dolni and Dulgopol, todos ellos en el distrito de Provadia.
Bulgaria se convierte, así, en el octavo país de la UE donde se ha notificado la enfermedad, desde que se declarasen los primeros casos en Lituania y Polonia en 2014. Cabe resaltar que como medida preventiva Bulgaria había construido una valla de 130 km de longitud en su frontera con Rumanía para prevenir el paso de jabalíes salvajes al país y así impedir la expansión de la enfermedad desde las zonas afectadas de Rumanía.
La enfermedad, hasta este nuevo foco declarado en Bulgaria, había sido confirmada y declarada tanto en cerdos domésticos como en jabalíes en los tres países bálticos, Estonia, Letonia y Lituania, así como en Polonia, Rumanía y Hungría, mientras que en la República Checa ha sido declarada exclusivamente en jabalíes silvestres, país este último, donde la situación parece estar controlada.
Desde comienzos de 2018 han sido declarados por los países afectados de la UE 3.875 focos en jabalíes y 983 en cerdo doméstico. Esto supone un aumento muy significativo en relación a los años anteriores, sobre todo en lo concerniente a los jabalíes, donde desde 2014 se ha dado un aumento exponencial de casos año tras año.
Por otra parte, y fuera del contexto europeo, el 3 de agosto de 2018 se declaró por primera vez la enfermedad en la República Popular de China, donde se han declarado ya un total de cinco focos separados geográficamente. El primer foco, ocurrió en la provincia de Liaoning, en el norte del país, y afectó a una explotación con 383 cerdos, de los cuales 47 enfermaron y murieron, adoptándose una serie de medidas preventivas enfocadas a controlar la enfermedad. No obstante, se sucedieron otros cuatro focos, ocurridos en las provincias de Henan, Jiangsu, Zhejiang y Anhui, respectivamente. El quinto foco, el más reciente hasta la fecha, afectó a una granja de 459 cerdos, de los cuales 80 murieron y el resto fueron sacrificados. La hipótesis más firme sitúa el origen de la enfermedad en Rusia, de hecho, los cerdos que causaron el segundo foco procedían de un mercado muy cerca de la frontera con este país. Los últimos focos han tenido lugar en provincias orientales y cada vez más el sur, zonas de elevada densidad de ganado porcino.
Las consecuencias para este país, primera potencia mundial en producción porcina, podrían ser muy serias, a la par que preocupa la expansión de la PPA hacia otros países limítrofes en la zona del sudeste asiático con los que China mantiene un importante flujo de animales, personas y productos.
Por lo tanto, la PPA sigue su avance transfronterizo en la UE y fuera de ella, con el consiguiente aumento del riesgo de entrada para los países libres. Por ello recordamos la importancia de aplicar unas adecuadas medidas de bioseguridad en las explotaciones de porcino y en el transporte animal, así como en relación a cazadores, guardas forestales y agentes rurales que viajen a países de riesgo y que pudieran participar, involuntariamente, en la expansión de la enfermedad al regresar a nuestro país.
De igual forma, se recuerda la gran importancia de garantizar el buen funcionamiento de los sistemas de vigilancia pasiva para detectar tempranamente la enfermedad ante una hipotética entrada en España, para lo que es vital que se comunique a los SVO cualquier indicio de la enfermedad que pudiera aparecer en nuestros animales, tanto en las explotaciones y medios de transporte de animales porcinos como en el medio natural en los jabalíes silvestres.
Toda la información relacionada con la enfermedad, incluidos los signos característicos, se puede encontrar en este ENLACE.