La ceremonia comenzó con la lectura del acta del jurado por parte de su secretario, Luis Alberto Calvo, presidente del Colegio de Valladolid. En el acta del jurado se especifica que destaca al toro Chaparrito por considerar que “reunía las condiciones exigibles de calidad, mostrando bravura en el caballo y prodigando durante toda la faena de Pepe Moral la máxima entrega, unida a la despaciosidad de sus embestidas”. El jurado también valoró con satisfacción la lidia de un buen número de astados que “por su bravura y juego excepcional han sido acreedores de este trofeo, coincidiendo todo el jurado en mencionar al toro Licenciado, nº 122 de Alcurrucén".
El jurado estuvo integrado por Juan José Badiola (presidente), Rufino Rivero, Julián Somalo, Antonio Gallego, Fernando Carrera, José Miguel Gil, Adolfo Rodríguez Montesinos, José Pedro Gómez Ballesteros, Rafael Palomares, David Shohet, Víctor Huertas, Miguel Ángel Moncholi, Javier Sánchez Arjona, Teo Sánchez Nacarino y Luis Alberto Calvo (secretario).
Juan José Badiola, presidente del Consejo fue el encargado de entregar el trofeo al ganadero, Adolfo Martín, quien mostró su satisfacción por recibir el premio por quinta vez: “Para mí, el Trofeo del Consejo de Colegios Veterinarios es el premio de más solera de todos los que se conceden en San Isidro”. El ganadero premiado destacó el gran nivel de los toros en la feria de este año y la sana competencia que se había producido. Y desveló la historia del toro premiado, un toro por el que apostó hace tiempo y que ha resultado ser un toro muy completo “que tiene las características que yo busco: ha humillado, ha tenido mucho temple, ha roto hacia adelante, ha peleado en los medios y, fundamentalmente, no se ha rajado”. Adolfo Martín, tras agradecer el premio y la sensibilidad de la Organización Colegial Veterinaria con el toro de lidia concluyó con sentido del humor: “No hay quinto malo, pero si viene el sexto, no pasa nada”.
Luis Alberto García Alía, vicepresidente del Consejo y miembro del jurado, dio la enhorabuena al ganadero porque ha logrado “romper la dinámica de victimismo” con su buen hacer. “Salir del victimismo requiere dos cosas: la primera, que haya buenas relaciones entre los profesionales, y, la segunda y más importante, la exhibición de las competencias”. Para García Alía, el ganadero Adolfo Martín cumple con los tres pilares en los que están basadas esas competencias: el conocimiento, que es saber; la capacidad, que es saber hacer; y el comportamiento, que es saber ser”.
El acto concluyó con la intervención del presidente de la Organización Colegial, Juan José Badiola, quién definió el espíritu que siempre ha caracterizado al Trofeo Taurino durante sus 31 años de existencia: premiar a aquellos ganaderos que quieren continuar por la línea de mantener los elementos de mayor pureza de la fiesta. “Ustedes los los ganaderos han sido históricamente genetistas empíricos porque han logrado a base de la observación y de los resultados ir seleccionando los animales que ustedes creían que reunían las características que debe de tener el toro de lidia”, afirmó.
Tras destacar la labor de los veterinarios con el toro de lidia, Juan José Badiola concluyó reafirmado en el compromiso de la organización profesional veterinaria con los ganaderos.