Canarias es la única comunidad autónoma española confirmada que padece la ciguatera de forma endémica desde 2004. En Canarias ha habido 109 personas intoxicadas por ciguatera en los últimos años, desde que se descubrió la enfermedad, según han recogido los servicios oficiales de diagnóstico.
Por ciguatera muere en el mundo aproximadamente un 5% de las personas que han contraído la enfermedad, pero en Canarias no ha fallecido ninguna, según indica el veterinario colegiado de Las Palmas Fernando Real, responsable del Laboratorio de Control Oficial de Ciguatera, ubicado en el Instituto Universitario de Sanidad Animal y Seguridad Alimentaria del campus de Arucas, al lado de la Facultad de Veterinaria.
La ciguatera es una forma común de intoxicación alimentaria por ingesta de pescado que se alimentan o habitan en los arrecifes coralinos y es endémica de los trópicos y subtrópicos debido al consumo de peces que llevan la toxina en sus tejidos.
En el resto de España no existen evidencias de ciguatera. “En Canarias es endémica porque hay una presencia constante de la enfermedad. OMS y FAO nos han solicitado información de nuestros métodos de trabajo y se lo hemos remitido para exportarlo a otras partes del mundo. En Canarias existe un programa modélico de control” propiciado por el Gobierno de Canarias, señala Fernando Real.
La recuperación de la enfermedad en un paciente es muy larga y lenta porque deja secuelas neurológicas que se prolongan durante meses o años, lo que produce depresiones con frecuencia. Los signos iniciales son gastrointestinales y vasculares (vómitos, diarrea, malestar general, bajada de la tensión arterial), que duran poco tiempo, pero luego aparecen y se mantienen otros signos neurológicos que son “más difíciles de normalizar”.
Los pescados de riesgo que se están controlando actualmente en Canarias se chequean atendiendo a determinadas especies y tallas comerciales: el medregal (mayor de 14 kilos), el peto (+35), el pejerrey (+9), el abade (+12), el mero (+17), el picudo (+320) y el pez espada (+320).
“Llevamos muchos años realizando un buen trabajo en el IUSA en este tema”. Nuestro laboratorio se reconoce como laboratorio oficial para el diagnóstico de ciguatera en Canarias, por la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas. Junto a este hecho, hemos promovido otras otras mejoras estructurales, como la inauguración de un laboratorio de patología de peces que, en paralelo con este, trabajan conjuntamente con otras enfermedades de interés. Formamos parte muy activa de un proyecto de investigación europeo, “Eurocigua”, que pretende medir el riesgo de la ciguatera en Europa. Nosotros somos socios de ese proyecto a través del instituto. Todos los especialistas que actualmente trabajan en este campo en el laboratorio son veterinarios pero, a la vez, colaboramos con otras especialidades en su conjunto”, añade su coordinador.
“La ciguatera es un problema que hay que reconocer en nuestro entorno pero, frente a este hecho, hay un trabajo modélico que se establece a través de un convenio de la Dirección General de Pesca del Gobierno de Canarias con el Instituto Universitario de Sanidad Animal para el control de ese problema. Y esto nos permite mantener seguridad y comunicar tranquilidad al consumidor”, añade.
El convenio consiste en un control sistemático de todo el pescado de riesgo para que no llegue nunca al mercado aquel que ofrezca un resultado positivo de la prueba. “La gente tiene que estar totalmente tranquila porque el pescado de riesgo es previamente analizado. Lo que tiene que hacer la población es estar alerta para no consumir pescado que venga por otras vías”.
Las donaciones de pescado a centros sociales o asilos de ancianos tienen que pasar por todos los controles de consumo habituales. “Si eres pescador deportivo y coges algunas de esas especies de riesgo, hay un procedimiento para solicitar la inspección. Nosotros colaboramos con todas las asociaciones de pescadores que quieran para poder analizarles gratuitamente, a través del proyecto Eurocigua, los pescados que hayan capturado para consumo propio”. El pescado hay que tenerlo congelado para que no se deteriore mientras se hace el análisis.
Eurocigua es un proyecto financiado por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria durante tres años para medir el riesgo de la ciguatera en Europa. “Estamos con 14 organizaciones de primer nivel en este campo, pertenecientes a varios países europeos; nosotros somos uno de los socios fundamentales porque además, al tener presencia confirmada de ciguatera en Canarias, propiciamos que este proyecto saliera adelante”.
Hasta 2004 hay sospechas pero no evidencias claras de que la ciguatera estuviese en Canarias. “A partir de ese año ocurre el primer caso en el que un pescador se hace un chequeo y se informa de la existencia de la enfermedad. Es el primer caso en España y, posiblemente, ligado a especies de pescado capturados en Europa”.
“Actualmente, la ciguatera se reconoce como un problema en Europa, no solo para el pescado que consumimos aquí, sino para todo el que viene de otras zonas donde no hay un control efectivo. Se producen casos clínicos de la enfermedad en Europa, algunos por consumo directo de pescado en nuestro Continente y otros porque las personas se han trasladado de países donde consumen pescados de riesgo. Actualmente están controladas todas las vía de comercialización del pescado, y no existe riesgo si se trabaja adecuadamente”.
Los controles que se hacen son rigurosos porque hay un porcentaje de pescado que es positivo y se decomisa completamente, por lo que gracias a esa medida, no llega nunca a la cadena de consumo.