El Colegio de Veterinarios de Valencia (ICOVV) señala la importancia del papel del veterinario en la salud pública y lamenta el desconocimiento que de estas funciones tienen los ciudadanos. Así lo transmitió Rosa Ibor, vocal de la Junta de Gobierno de la institución, durante su participación en la I Jornada Interprofesional Sanitaria que tuvo lugar ayer en el Hospital de Llíria. El evento, organizado por el Departamento de Salut València Arnau de Vilanova-Llíria, en colaboración con Unión Sanitaria, acogió la mesa de debate ‘La coordinación sanitaria, ¿suma o multiplica?’ donde se pudo corroborar que los veterinarios participan en esta coordinación, sumando y multiplicando para ser garantes de la salud publica, siendo un pilar básico y, en ocasiones, poco conocido en la infraestructura sanitaria.
Como explicó Ibor en su intervención, “la Veterinaria de Salud Pública es la suma de todas las contribuciones del conocimiento y ciencia veterinaria al bienestar físico, mental y social de las personas. Y desarrolla sus prestaciones en materia de promoción de la salud y prevención de las enfermedades, con el objeto prioritario de proteger la salud de los ciudadanos, reduciendo los riesgos e incidentes de salud pública ocasionados por peligros biológicos, químicos, físicos y nutricionales con origen en la vida animal y sus producciones y en productos de origen vegetal”. El campo de acción de la Veterinaria de Salud Pública abarca distintos ámbitos estrechamente ligados y las actuaciones desarrolladas en cada uno de ellos son necesarias para detectar cambios en el complejo equilibrio existente entre todos los factores que pueden tener consecuencias sobre la salud de la población.
Según informe del Comité FAO/OMS, los veterinarios llevan desarrollando esta función desde el siglo XIX cuando estos profesionales ya comenzaban a participar en los primeros esfuerzos de salud pública llevados a cabo por los gobiernos en temas relativos a la conservación de los alimentos y a la formulación de algunos conceptos epidemiológicos básicos en la lucha contra enfermedades y la salud publica. En este sentido, en 1792, ya se constituyó en Madrid la primera Escuela de Veterinaria con una clara vocación salubrista ,tal y como refleja el lema acuñado por la profesión Hygia pecoris, salus populi que significa: la salud del ganado, la salud del pueblo. “Lo que nos lleva al actual concepto One Healt, promovido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), con la triada salud humana, salud animal y medio ambiente concebidas como partes de un todo en el que sus componentes están interactuando constantemente”, señaló Rosa Ibor.
Desde el ICOVV destacan que la sociedad actual demanda de los poderes públicos y las profesiones sanitarias soluciones que satisfagan sus inquietudes. Son conscientes de los peligros para la salud derivados del medio ambiente y de los alimentos que consume ya que las crisis sanitarias ocurridas lo han puesto de manifiesto. “En este sentido, no cabe duda, la presencia del veterinario de salud publica en los sistemas sanitarios, es una garantía”, destacan.
Como comentó Ibor en la conclusión de su intervención, “los criterios científicos e informes de expertos refrendados por la OMS y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), destacan que es imprescindible contar con estructuras sanitarias muy coordinadas y con profesionales especialistas que aborden las crisis de forma integrada, contando con todas las profesiones sanitarias competentes en cada uno de los ámbitos de actuación. Los veterinarios trabajan en distintas áreas y con un enfoque multidisciplinar con las unidades de salud ambiental (agua y control de vectores), salud laboral (biocidas), epidemiología (brotes y seguimiento de zoonosis), promoción de la salud (evaluación de menús escolares, hospitales, máquinas vending y alimentación saludable en centros públicos, estrategia NAOS -de la nutrición, actividad física y prevención de la obesidad -)”.