El presidente del Colegio de Veterinarios de Alicante (Icoval), Gonzalo Moreno del Val, mantuvo recientemente una reunión con María Isabel Pellicer Vivancos, teniente de la Guardia Civil y jefa del Seprona en esta provincia, con la intención de estrechar lazos entre la entidad y el citado cuerpo. Junto a ello, el representante colegial impartió una ponencia ante la práctica totalidad de agentes adscritos a este cuerpo en Alicante. Entre las propuestas más destacadas, dados los cambios regulatorios que ya se han dado a nivel nacional y los que en breve se darán a nivel autonómico –que en ambos casos agravan las penas para los delitos de maltrato animal–, Moreno del Val planteó la conveniencia de redactar desde la entidad colegial un protocolo que sirva de guía para los agentes cuando tengan que intervenir en este tipo de casos.
Junto a ello y estrictamente relacionado con esta materia, el presidente colegial defendió la conveniencia de que los miembros del Seprona puedan recurrir en determinadas circunstancias a peritajes veterinarios con los que respaldar sus atestados. Tales informes especializados podrían ser claves después ante los tribunales a la hora de documentar convenientemente, no sólo casos en materia de maltratos a animales sino también en cuanto a posibles incidentes con perros potencialmente peligrosos, para posibles casos de mordeduras, etc.
Presupuestos y formación
Dado que las competencias en materia de tenencia de animales recaen fundamentalmente sobre los ayuntamientos -casi siempre infrafinanciados- el presidente de Icoval defendió la necesidad de que se puedan habilitar partidas presupuestarias para poder sufragar estos informes. Con tal intención, de hecho, avanzó que ya se han producido algunos contactos informales con la Diputación de Alicante y que en breve podrían realizarse también con la Conselleria de Agricultura valenciana.
En idéntico sentido, defendió la conveniencia de que el Seprona e Icoval aúnen criterios y se coordinen en cuanto a la interpretación de regulaciones muy específicas y muchas veces laxas, como la referida a la gestión de los residuos de los envases de los medicamentos veterinarios. Por ejemplo, se refirió a algunas actas levantadas puntualmente contra colegiados por el transporte de agujas hipodérmicas u hojas de bisturí después de ser usadas en un servicio sin un permiso al efecto. Tras hacer indagaciones y escrutar la regulación vigente, el colegio cuestiona ahora que sea obligatorio portar tal habilitación.