El Brexit afectará sensiblemente al sector agroalimentario español. Reino Unido, que nunca se involucró en el avance de la UE, es el quinto socio comercial de España. El futuro de la relación dependerá de los acuerdos que se tomen tras las negociaciones de salida, la financiación de la PAC, y el cambio de divisas. El proceso de separación será duro y producirá incertidumbre, pero quizás sea un revulsivo para la propia construcción de la Unión Europea.
Estas fueron las conclusiones en la jornada sobre “El sistema agroalimentario español ante el Brexit” que organizó el lunes 5 de junio en Madrid la Asociación del Cuerpo Nacional Veterinario (ACNV), en colaboración con el Consejo General de Colegios Veterinarios.
En la jornada, que reunió a altos representantes de la Administración, partidos políticos e industria alimentaria, se manifestó la conveniencia de que la UE trabaje unida, la necesidad de una negociación dura para que la decisión de salir no salga gratis al Reino Unido y el temor a que se produzcan recortes financieros en el sector agroalimentario. Por el lado positivo se apuntó que quizás el Brexit sea el revulsivo que necesitaba la UE para seguir avanzando y el convencimiento de que es impensable producir prosperidad desde la soledad.
Quintiliano Pérez Bonilla, presidente de la ANCV, abrió la sesión de trabajo rogando a los presentes un minuto de silencio en memoria de las víctimas del último atentado terrorista en Londres. Juan José Badiola, presidente de la OCV, dio la bienvenida a los asistentes a la sede del Consejo, “la casa de todos los veterinarios” y adelantó su preocupación por las repercusiones del Brexit en el colectivo de veterinarios español que trabaja en el Reino Unido, y que llegaron a integrarlo hasta sesicientos veterinarios.
Pérez Bonilla, Haddad, Badiola y Sánchez Esteban (moderador de la jornada).
Jaime Haddad, subsecretario del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA), dio unas pinceladas sobre el proceso, que se abrirá de hecho tras las legislativas del 8 de junio en Reino Unido. Serán unas negociaciones complejas y de consecuencias imprevisibles en las que habrá incluso intereses encontrados, dijo. Durarán 18 meses, hasta el 29 de marzo de 2019, y entonces se definirá la relación con UK desde su nuevo estatus de país tercero.
González-Quevedo, Sáez García Baquero y Sánchez Esteban.
Luis González-Quevedo, ex consejero del MAPAMA en Reino Unido, aseveró que era conocido que aquel país siempre estuvo opuesto al proceso de integración, pero la decisión de abandonar la UE se produce en un momento especialmente inoportuno. Respecto a España influirá en el comercio agroalimentario, pero especialmente en el sector pesquero: UK exporta lo que captura e importa lo que consume; el acceso a los caladeros se convertirá en un importante problema. En materia de medio ambiente, será una pérdida sensible porque la sensibilidad por el cambio climático de aquel país va más allá de los acuerdos de París.
José Luis Sáez García Baquero, vocal asesor de la Secretaría General de Agricultura y Alimentación, abordó las consecuencias presupuestarias de una decisión inusual. “A nadie se le pasó por la cabeza que un antiguo miembro de la UE la abandonara”. En materia presupuestaria hay un saldo neto a favor de la UE que se puede cifrar entre 60.000 y 100.000 millones de euros, cuya devolución se antoja llena de obstáculos, a los que se suma un calendario financiero (financiación de la PAC y elaboración de presupuestos) endiablado en la propia UE: en marzo de 2019 Reino Unido abandona, en mayo de ese año hay elecciones al Parlamento Europeo y el 31 de diciembre finaliza el mandato de la Comisión Europea en funciones. Respecto a la PAC, añadió, el saldo a favor del Reino Unido roza los 11.000 millones de euros, lo que implicará un recorte en las percepciones de los otros países miembros o un incremento de sus aportaciones.
García de Quevedo.
Mauricio García de Quevedo, director general de la Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas y Hortalizas, puso en contexto la importancia del Reino Unido para el sector agroalimentario español, que exporta por valor de 4.000 millones de euros, es el quinto socio comercial de España y en la última década ha aumentado su demanda de productos en un 8%. Vino, aceite, carne de cerdo, frutas y hortalizas, entre otros muchos productos, están en el origen de 40 compañías españolas establecidas en Reino Unido. Esperamos, dijo, que el periodo de desenganche permita una transición ordenada y que en ningún caso el sector agroalimentario, que es fuerte ante UK, sirva de moneda de cambio.
José María Pozancos.
José María Pozancos, director general de la Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas y Hortalizas, destacó que el mercado del Reino Unido es uno de más dinámicos y fiables para su sector, que exporta por valor de 2.122 millones de euros de hortalizas y 1.869 millones de frutas. Los efectos del Brexit sobre esta actividad dependerán del modelo de relación comercial que se adopte en el futuro entre Reino Unido y España. En principio se puede vislumbrar un reforzamiento de la preferencia nacional en UK, una previsible política de sustitución de producciones, una devaluación de la libra, una mayor presencia de países terceros y unos trámites y controles aduaneros reforzados.
Elena Vírboras, Quintiliano Pérez Bonilla y Esther Herranz.
En la segunda parte de la sesión intervinieron representantes de tres formaciones políticas (Partido Popular, PSOE y Ciudadanos) que coincidieron en la falta de voluntad real del Reino Unido en la construcción y avance de una Europa Unida y en la necesidad de que la salida no le resulte gratis.
Esther Herranz, eurodiputada del Grupo Popular, calificó el Brexit como la decisión más egoísta del último siglo. Será, advirtió, un proceso duro e incluso desagradable, pero Reino Unido nunca quiso que la UE creciera y la salida, en el largo plazo, quizás no sea mala para la Unión Europea ni siquiera para España.
Elena Víboras, senadora por el Grupo Socialista, sumó a los argumentos anteriores la necesidad de que la salida de la UE no resulte a Reino Unido sencillo ni gratis. En términos financieros advirtió que hoy UK es contribuyente neto por importe de 62.400 millones de euros y a partir de 2020 España, que es acreedor neto por 3.932 millones, pasará a ser contribuyente neto por 429. Dejó, para finalizar, una reflexión en el aire: ¿se puede producir prosperidad desde la soledad?
Eduardo González.
Eduardo González, coordinador agrario del Grupo Ciudadanos que participó en la jornada en su calidad de veterinario miembro de la ANCV, remarcó que para España el Brexit será un golpe económico, pero que mantiene su confianza en que dentro de la Unión Europea se refuerce el compromiso político para defender los intereses de los sectores de producción.
Clausuró la jornada Carlos Cabanas, secretario general de MAPAMA, subrayando que el Brexit, que parecía un mal sueño, complica la situación económica en estos momentos añadiendo incertidumbre. Destacó la influencia que tendrá en el sector pequero al dejar las aguas de ser comunitarias y apuntó que el saldo comercial con Reino Unido es favorable a España en 2.600 millones de euros. Pero recordó cómo el reciente veto ruso a nuestros productos sirvió como empujón al sector agroalimentario nacional. Concluyó con la esperanza de que este divorcio no nos salga caro.