Juan Ávila forma parte del grupo de trabajo que la Asociación Veterinaria Británica (BVA) puso en marcha en agosto del año pasado para analizar las consecuencias del Brexit. Desde entonces ha mantenido cinco reuniones -la última se produjo el pasado 30 de marzo- fruto de las cuales es la elaboración de un extenso documento que expresa las inquietudes de la profesión y que en los próximos días será elevado al gobierno británico.
Ese grupo de trabajo fue dividido en diferentes secciones: sanidad animal, salud pública, bienestar animal, medicina, investigación y personal (origen y distribución profesional de los veterinarios). Ésta última sección, a la cola de la lista, pasó a ser la primera por la preocupación que el Brexit ha generado. Y en la comisión de estudio, compuesta por diez profesionales, participa Juan Ávila en calidad de representante de los graduados europeos y los profesionales de salud pública veterinaria.
“El tema de los trabajadores pasó a ser el más importante”, comenta Juan Ávila, que trabaja en el Reino Unido desde hace 25 años. A las reuniones fueron invitados a participar representantes de distintas asociaciones, a los que se preguntó por su percepción del futuro profesional tras el Brexit. Todo resultaba “preocupante y frustrante. No había ninguno que dijera qué bien se iba a estar después del Brexit”.
El documento que se entregará al gobierno británico concluye que no se puede restringir la entrada a veterinarios europeos porque perjudicaría la profesión. En el sector de la salud pública veterinaria todos los veterinarios son extranjeros; y un 40 por ciento de ellos, españoles. En otros sectores, los veterinarios europeos llegan a constituir un tercio de la fuerza de trabajo. Y en los últimos cinco años, un veterinario de cada dos registrado en el Colegio de Veterinarios es europeo.
“En el documento –adelanta Juan Ávila- se exige al Gobierno británico que deje seguir a los veterinarios trabajando como en la actualidad y que no impida la llegada de nuevos profesionales europeos”.
Juan Ávila.
En el Reino Unido, por otra parte, se estima que faltan más de 1.000 veterinarios. A modo de ejemplo, las últimas diez páginas de la revista de la BVA, Veterinary Record, se dedican habitualmente a la publicación de anuncios de ofertas de empleo.
Los veterinarios británicos no quieren trabajar en salud pública. De hecho, en materia de salud pública y antes de la constitución de la UE no había veterinarios en los mataderos, sólo en aquellos que exportaban productos cárnicos; el trabajo lo realizaban los auxiliares de inspección.
El Brexit, además, incide en esta rama de la enseñanza universitaria: todos los profesores de Salud Pública veterinaria de las Facultades del Reino Unido son europeos. Y en materia de investigación científica el Reino Unido, cuyos centros están entre los mejores del mundo, recibe de la UE un 40 por ciento más de fondos de los que aporta. El porcentaje de investigadores europeos en estos centros está en el 22 por ciento de las plantillas.
Se da la circunstancia de que el representante del Reino Unido sobre salud pública veterinaria es un español. Javier Domínguez Orive es el director veterinario de la Agencia de Seguridad Alimentaria Británica (FSA) y máximo responsable veterinario en cuestiones de seguridad alimentaria que representa al Reino Unido en equipos de trabajo, comités de la Comisión Europea y reuniones de jefes veterinarios. También hay veterinarios españoles en puestos de mando intermedios y jefes de zona en ambas áreas de seguridad alimentaria y sanidad animal.
El Colegio de Veterinarios (RCVS), por su parte, ha realizado un informe en que se pide a las autoridades que haya suficiente personal para la realización de las funciones veterinarias y que estas se mantengan en el alto estándar en que se encuentran ahora.
Por estas razones, Juan Ávila entiende que la profesión veterinaria ejercida por europeos no solo va a ser aceptada por las autoridades británicas tras el Brexit sino que, por la gran demanda existente el Reino Unido, sigue y seguirá siendo el mejor destino para estos profesionales.