El libro “Homo gastronomicus. La cocina de nuestros antepasados de Atapuerca” se presentó el 9 de diciembre en el Centro de Creación Contemporánea Espacio Tangente con la presencia de Eudald Carbonell, codirector del Proyecto de Excavaciones de Atapuerca, y del chef Miguel Cobo, del restaurante “Cobo Vintage”, reciente “estrella Michelín”, que hicieron de anfitriones, y los autores Carlos Díez, Javier Bonilla y Rafa Rayón.
Homo gastronomicus no es solo un libro de cocina, de arqueología, de antropología o de nutrición; es un libro de todo ello. Si el mayor éxito del proyecto Atapuerca ha sido la mezcla de disciplinas científicas con el objetivo de ampliar el conocimiento y su divulgación, en este libro se combinan las recetas culinarias propuestas por Javier Bonilla y Rafa Rayón con las notas nutricionales y las investigaciones etnográficas y arqueológicas elaboradas por los profesores Carlos Díez y Alberto E. Pérez.
De izquierda a derecha, Carlos Díez, Rafa Rayón, Miguel Cobo, Eudald Carbonell y Javier Bonilla.
En la presentación, Carlos Díez afirmó que “los científicos estamos deseando colaborar en disciplinas de las que quizá hemos estado desapegados, y crear esta multidisciplina es enriquecedor para todos, como hemos hecho en “Homo gastronomicus”.
Javier Bonilla explicó que el libro pretende mostrar parte de la dieta de los habitantes de la Sierra de Atapuerca y una parte de las recetas se han realizado a partir de alimentos “no domesticados”, como la carne de jabalí o de codorniz y vegetales. Para completar las recetas, se ha recurrido a productos ya modificados y otros presentes en otros lugares como los cocos o las piñas.
Miguel Cobo, que comentó estar muy pendiente de las novedades y cree que la cocina tradicional es fundamental para acometer nuevos retos creativos, manifestó su deseo de colaborar con la Universidad de Burgos para el desarrollo, tanto de la cocina que nos rodea como de su propio crecimiento.
La cocina nos ha hecho humanos. Cuando nos sentamos alrededor del fuego nos convertimos en humanos, reflexionó Carbonell, quien añadió que “la cocina se está interesando por la génesis de la alimentación, sus orígenes”.