Por:
Felipe Vilas Herranz, presidente del Colegio de Veterinarios de Madrid
Federico Villaplana, presidente del Colegio de Veterinarios de Cádiz
Ana Mascías Cadavid, asesora técnica del Colegio de Veterinarios de Madrid
Los ciudadanos actualmente se preocupan profundamente por el bienestar de los animales y cada vez son más los que exigen conocer si los animales reciben un tratamiento “ético”.
Es necesario responder a esta “demanda”, garantizando el bienestar y la protección animal mediante normas basadas en criterios científicos y con una “intachable” actuación por parte de los veterinarios a los que se les debe ofrecer, desde el inicio de sus estudios, una formación completa en el campo del bienestar animal y concienciar del papel clave que la profesión juega en este área.
Definiciones
Definición según la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE): El término bienestar animal designa el modo en que un animal afronta las condiciones de su entorno. Un animal está en buenas condiciones de bienestar si (según indican pruebas científicas) está sano, cómodo, bien alimentado, en seguridad, puede expresar formas innatas de comportamiento y si no padece sensaciones desagradables de dolor, miedo o desasosiego.
Las buenas condiciones de bienestar de los animales (VER ENLACE) exigen que se prevengan sus enfermedades y se les administren tratamientos veterinarios apropiados; que se les proteja, maneje y alimente correctamente, y que se les transporte y sacrifique de manera compasiva. El concepto de bienestar animal se refiere al estado del animal en su integridad física, fisiológica y psicológica.
La salud completa e integral de los animales implica la necesidad de preservar el bienestar asociado a sus requerimientos etológicos y a la posibilidad de mantener los comportamientos propios de su especie. Es básico conocer las características fisiológicas, etológicas y conductuales propias de cada especie animal para proveer las condiciones idóneas para su vida y detectar inmediatamente las desviaciones o alteraciones de bienestar.
La forma de tratar a un animal se designa con otros términos como cuidado de los animales o protección animal.
Foto de Jorge Ruiz del Olmo.
Importancia del bienestar animal
El bienestar de los animales es importante no sólo en el ámbito de los animales de renta, donde están sobradamente reguladas y estandarizadas las normas, sino que existen muchos otros ámbitos en los que se deben crear normas generales para todos los países que garanticen que se alcanzan niveles óptimos de bienestar en:
-Animales de laboratorio
-Animales en desastres naturales (http://www.oie.int/fileadmin/Home/esp/Animal_Welfare/docs/pdf/Otros/Gestiondesastres-ESP.pdf )
-Animales de trabajo. En los países en vías de desarrollo y en los menos desarrollados, los animales de trabajo, sobre todo équidos, bóvidos y búfalos, desempeñan un importante papel en muchos sectores, especialmente la agricultura y el transporte de bienes y de personas. Se estima que el sustento de 1.000 millones de personas, incluidas muchas de las más pobres del mundo, depende directamente de los animales.
-Fauna silvestre
Un capítulo aparte son los animales de compañía, que es un campo en el que se mezclan habitualmente los conceptos de “bienestar” animal y de “protección” animal.
Entendiendo como dice la OIE el bienestar como algo directamente relacionado con la salud animal, es el veterinario quien debe ejercer el liderazgo en esta área de manera indiscutible.
Para ello, gobiernos, universidades, colegios de veterinarios y asociaciones científicas y profesionales, deben implicarse “profundamente” para poder establecer criterios comunes que permitan seguir una misma estrategia a nivel europeo y mundial.
En la protección animal, además de los veterinarios entran en juego otros “actores” como las ONGs, sociedades protectoras de animales o asociaciones de conservación del medio ambiente.
Papel de la profesión veterinaria
La profesión veterinaria desempeña una función clave a la hora de garantizar la sanidad y el bienestar animal, y la formación veterinaria cada vez incluye una mayor variedad de materias relativas al bienestar animal. Por ello, tanto a nivel nacional como regional los mejores resultados se obtienen cuando los servicios veterinarios trabajan para la mejora del bienestar animal junto con los sectores agropecuarios, los dueños de animales y la sociedad.
Con independencia de los avances que se han logrado a lo largo de las últimas décadas, para mejorar el bienestar animal de forma sostenible todavía tienen que afrontarse muchos retos. Actualmente, la OIE trabaja en la elaboración de normas y recomendaciones relativas a nuevos ámbitos de importancia para el bienestar animal.
“Los veterinarios no pueden ignorar el bienestar animal. Deben jugar un papel activo en este área” (Bernard Vallat)
Garantizar el bienestar animal es una misión fundamental tanto de cada veterinario en particular como de la comunidad veterinaria en general. Y no solo debemos ocuparnos de nuestras funciones tradicionales, sino también de informar, educar y concienciar a propietarios, adiestradores, productores y ganaderos en todo lo referente a las buenas prácticas en el cuidado de los animales y en su tenencia responsable.
Como profesión, debemos adquirir un compromiso ético con el bienestar animal y asumirlo dentro de nuestras obligaciones profesionales y deontológicas, entendiendo lo que la sociedad nos reclama.
Y somos también nosotros los que debemos participar en proyectos científicos, foros, iniciativas y en el desarrollo de políticas y leyes que potencien el bienestar animal.
Está comprobado, además, que un cuidado apropiado de los animales tiene un impacto favorable en una serie de áreas esenciales en la sociedad e incluso en la salud humana. Especialistas confirman que los animales de compañía reportan bienestar físico, psíquico y social a las personas que conviven con ellos.
Foto de Alfonso Ferrer Yus.
El bienestar animal en Europa y en el mundo
Según dicta el Plan estratégico de la Comisión Europea sobre Bienestar Animal (VER), bajo el lema “Todos somos responsables”, se deben tener en cuenta varios aspectos:
-Tratamiento de los problemas generalizados a nivel europeo en base a criterios generales que simplifiquen las normas.
-Mejora de la formación de los ganaderos y de los veterinarios que inspeccionan las granjas.
-Ayudar a los países de la UE a que cumplan la normativa comunitaria.
-Promoviendo la cooperación internacional para mejorar el bienestar animal
-Mejorar la información que se proporciona al consumidor y reforzarlo a la hora de exigir un compromiso de los gobiernos con el bienestar animal
A nivel mundial, es la OIE la que dicta las normas y realiza cada 4 años una conferencia mundial sobre bienestar animal (la próxima tendrá lugar en México el próximo mes de diciembre. VER PROGRAMA) en la que se reúnen los diferentes grupos de trabajo y discuten sobre las estrategias a seguir en este campo.
La OIE se ha comprometido a mejorar el bienestar de los animales a escala mundial y a promover una relación positiva entre el hombre y los animales.
Principios básicos en que se fundamenta el bienestar de los animales
1.- Que existe una relación crítica entre la sanidad de los animales y su bienestar.
2.- Que las “cinco libertades” mundialmente reconocidas (vivir libre de hambre, de sed y de desnutrición, libre de temor y de angustia, libre de molestias físicas y térmicas, libre de dolor, de lesión y de enfermedad, y libre de manifestar un comportamiento natural) son pautas que deben regir el bienestar de los animales.
3.- Que las “tres erres” mundialmente reconocidas (reducción del número de animales, perfeccionamiento de los métodos experimentales y reemplazo de los animales por técnicas sin animales) son pautas que deben regir la utilización de animales por la ciencia.
4.- Que la evaluación científica del bienestar de los animales abarca una serie de elementos que deben tomarse en consideración conjuntamente y que la selección y apreciación de esos elementos implica a menudo juicios de valor que deben ser lo más explícitos posibles. Es imprescindible definir Indicadores de Bienestar Animal válidos, fiables, objetivables y prácticos, adaptados a las diferentes especies y circunstancias.
5.- Que debemos conseguir que los animales puedan expresar los comportamientos típicos de su especie y desarrollar sus instintos naturales esenciales. En muchos casos, será necesario adaptar el entorno a sus condiciones de vida y alojamiento, aplicando estrategias de enriquecimiento ambiental.
6.- Que el empleo de animales en la agricultura, la educación, la investigación, para compañía y recreo contribuye de manera decisiva al bienestar de las personas.
7.- Que el empleo de animales conlleva la responsabilidad ética de velar por su bienestar en la mayor medida posible.
8.- Que mejorando las condiciones de vida de los animales en las explotaciones se aumenta la productividad a largo plazo y se obtienen, por consiguiente, mayores rendimientos y un aprovechamiento más eficiente de los recursos.
9.- Que existen evidencias científicas y técnicas de que las interacciones y relaciones hombre/animal mejoran en todos los ámbitos cuando se preserva el bienestar: sanidad animal, salud pública, zootecnia y producción, investigación, fauna silvestre, etcétera.
La OIE considera que, como ocurre con las normas relativas a la sanidad animal y a la inocuidad alimentaria, las normas sobre bienestar animal deben basarse en principios científicos claros. Deben centrarse en los resultados que se hayan obtenido en la especie en cuestión y siempre deben tener por objetivo mantener la salud como base del bienestar. Ello ha conducido a que la Organización fortalezca su red internacional de expertos en la materia y que constituya un Grupo de Trabajo sobre Bienestar Animal específico e incluya nuevos centros colaboradores.
El bienestar animal es un tema interdisciplinar y multidisciplinar que involucra no sólo a veterinarios sino también a economistas para vincular aspectos de mercado y producción; estadísticos para validar los trabajos de investigación; sociólogos para estudiar el concepto social del bienestar de los animales; abogados y políticos para legislar sobre bienestar animal; ingenieros para crear instalaciones a los fines de favorecer las buenas prácticas de manejo; informáticos para aplicar las nuevas tecnologías a favor del bienestar (aplicaciones para móviles, tabletas, etc.); y filósofos eticistas para iluminar al hombre sobre qué tipo de vida merecen los animales de granja, compañía, de trabajo, de zoológicos y de laboratorio.
Foto Naquena.
La protección animal
Aunque se suele utilizar este término unido al de bienestar, como señala la OIE, se trata de conceptos diferentes ya que el bienestar se entiende ligado a la salud animal y la protección abarca quizá otros aspectos más amplios como la lucha contra el abandono y el maltrato y en ello se implican tanto organismos gubernamentales como asociaciones veterinarias y entran en juego las diferentes ONGs y sociedades protectoras de animales, que tienen un papel activo y se encuentran presentes de forma muy amplia en los medios de comunicación, especialmente en las redes sociales.
Existe un término que normalmente se asocia a la protección animal que es el de “animalista”, que en ocasiones esconde una postura radical y poco dialogante que pone muchas veces los derechos de los animales por encima de los derechos humanos. Los veterinarios debemos actuar con mucha cautela ante este tipo de movimientos ya que, como profesionales bien formados y con una sólida base científica, debemos ser capaces de educar a la población sobre lo que es realmente el bienestar animal, la protección animal y los derechos de los animales, así como las obligaciones de los propietarios, fomentando la tenencia responsable.
¿Qué se puede hacer?
Los colegios profesionales de veterinarios, las asociaciones profesionales, las universidades y las autoridades competentes en el bienestar y protección de los animales, deben actuar conjuntamente y de manera consensuada para desarrollar normas acordes con las desarrolladas por la Comisión Europea y la OIE para así poder garantizar que los animales tengan una adecuado nivel de bienestar y estén protegidos de forma consecuente con sus derechos.
Se debe formar a los veterinarios en los conceptos del bienestar animal y protección animal y el papel tan importante que los veterinarios jugamos en estos campos.
Para ello, deben educar tanto a los propios veterinarios como a los ciudadanos para que comprendan el verdadero significado de estos términos divulgando mensajes claros en los medios de comunicación, mediante campañas audiovisuales en TV, radio, prensa, redes sociales; participando activamente en foros nacionales e internacionales en el área del bienestar y la protección de los animales; y evitando, en la medida de lo posible, entrar en el debate con los sectores más radicales del universo “animalista” ya que ello provoca desconfianza e incertidumbre por parte de los ciudadanos.