El Colegio de Veterinarios de Ávila celebró el pasado sábado la festividad del patrón San Francisco de Asís con la presentación de un libro conmemorativo titulado “La profesión veterinaria en la provincia de Ávila a través del Colegio Oficial de Veterinarios. 111 años de historia” que se adentra en la historia y evolución de la institución y en el que figuran las fichas de todos los veterinarios colegiados desde su fundación en 1905. En palabras del presidente del Colegio, Rufino Rivero, “el libro es un reconocimiento a los veterinarios que nos han precedido”.
De izquierda a derecha, Rubén Serrano, Rufino Rivero y Roberto Cubillo.
La conmemoración patronal se inició en la sede del Colegio. Rufino Rivero dio la bienvenida a los invitados y cedió la palabra a Rubén Serrano, teniente de alcalde de la localidad, veterinario de profesión, quien mostró su satisfacción por participar en el acto.
Entre los presentes se hallaba el presidente del Colegio de Médicos de Ávila, el jefe de Servicio Territorial de Ganadería en Ávila, los presidentes de los Colegios de Veterinarios de Cáceres (Juan Antonio Vicente), Ciudad Real (José Ramón Caballero), Palencia (Luis Fernando Román), Salamanca (Javier Román Baz), Toledo (Luis Alberto García Alía), Valladolid (Luis Alberto Calvo) y Zamora (Victorio Lobo), y el secretario general del Colegio de Madrid (José Luis Iglesias).
Francisco Javier Reviriego, alto funcionario en la Comisión de Sanidad Animal de la Unión Europea, pronunció una breve conferencia en la que punteó una interesante serie de informaciones y opiniones que –advirtió- podrían incluso resultar polémicas. “La veterinaria es una profesión privilegiada –dijo- en el seno de la UE; pero su posición está en declive”. El nombre y la palabra veterinaria está desapareciendo de las instituciones, la legislación y el organigrama de la UE. “Ahora todo se está difuminando bajo los conceptos de sanidad animal y seguridad alimentaria”.
Francisco Javier Reviriego.
La Veterinaria, continuó, ayudó a cohesionar Europa a partir de los años sesenta por su participación en el desarrollo comercial y la seguridad alimentaria. A cambio, “nos ha reestructurado y ahora somos funcionarios como los demás”.
Los servicios oficiales, adelantó, “están bajo presión en Europa, los están desmantelando y aquí pasará lo mismo”.
Deberíamos olvidarnos, dijo, del concepto de veterinario oficial y volver a lo que somos: inspectores. En la producción primaria ya no volverán los tiempos en que los productores necesitan los servicios de los veterinarios de servicio libre. El único nicho que mantendrá su pujanza será el ejercicio libre dedicado al cuidado de mascotas. En la UE, informó Reviriego, dos de cada tres familias (300 millones en total) tienen una mascota en casa (300 millones de animales).
La política de bienestar animal “está muerta, tocó techo. El mandato que tenemos en Bruselas es estrecho. Los productores no quieren oir hablar de ello y los que sí quieren oir hablar de ello no están en condiciones de pagar esas políticas”.
Tras apuntar que la legislación de medicamentos no va a cambiar, que se deberían permitir los mataderos de proximidad, y que la ley de sanidad animal recién publicada contempla las visitas zoosanitarias obligatorias a las explotaciones, adelantó que la legislación en materia de controles oficiales está a punto de salir.
“No quiero ser agorero ni negativo –finalizó Reviriego-, como profesión tenemos una característica imbatible: somos bastante incorruptibles a pesar de la enorme riqueza que pasa por nuestras manos”.
Luis Moreno Fernández-Caparrós, durante su exposición.
Pinceladas de historia
El general Luis Moreno Fernández-Caparrós, erudito historiador y miembro de la Real Academia de Ciencias Veterinarias, ofreció a continuación unas pinceladas de la profesión desde el punto de vista histórico.
“La profesión veterinaria siempre fue bien percibida”, aseguró. Desde que los Reyes Católicos regularon la albeitería, pasando por la creación de Real Tribunal del Protoalbeitarado en 1500 y hasta la normalización de los estudios de Veterinaria en 1792 con la creación del Real Colegio Escuela de la Corte de Madrid.
El doctor Caparrós hizo hincapié en las aportaciones de la profesión a la ciencia, especialmente en materia de reproducción, y definió el siglo XXI como el siglo de los veterinarios porque han entrado en ella, y con mucha fuerza, las mujeres “que cambiarán la faz de la profesión”.
Finalmente, señaló que en 2023 se cumplirá el centenario de la Organización Colegial Veterinaria española y la profesión debería celebrarlo por todo lo alto.
Gestación del libro
El doctor Roberto Cubillo, miembro de la Academia de Ciencias Veterinarias de Castilla y León, autor del libro conmemorativo que se presentó con motivo de la festividad patronal, realizó a continuación un detallado repaso del proceso que siguió para dar forma a la obra. Relató sus visitas a los archivos históricos abulenses, provincial y municipal, a la propia documentación del Colegio, y a los miles de fotografías que tomó de los documentos revisados que luego puso en orden con la inestimable ayuda de su propia esposa.
Insignias del Colegio
La celebración patronal concluyó con una cena de hermandad en la que participó el veterinario abulense más anciano (Balbino Gutiérrez García, de 93 años) y se impuso la insignia del Colegio a tres veterinarios que este año se han jubilado: Luis Fernando Díaz Torres (Gori), Juan Luis Sánchez Quintín y Tomás de la Cruz.
De arriba abajo, Balbino Gutiérrez, Luis Fernando Díaz Torres (Gori), Juan Luis Sánchez Quintín y Tomás de la Cruz.
A Tomás de la Cruz le impuso la insignia un compañero de carrera, el presidente del Consejo General de Colegios Veterinarios, Juan José Badiola, quien tomó la palabra para saludar el alumbramiento de un libro en el que se recogen las biografías de todos los colegiados, felicitar a los homenajeados y mostrar su satisfacción por la reciente aprobación en el Congreso de los Diputados de una Proposición No de Ley para rebajar el IVA veterinario del actual 21 por ciento al 10 por ciento.
Juan José Badiola se dirige a los presentes al final del acto de celebración patronal.