Seis decanos de Facultades de Veterinaria, presidentes y expresidentes de la Conferencia de Decanos analizan el estado actual de los estudios, apuntan los extremos en que la legislación emanada del Gobierno obvió algunos de los acuerdos alcanzados por el claustro docente, y evidencian el elevado número de Facultades y alumnos que existen en España.
Con el horizonte 2010 para la puesta en marcha del EEES, la Conferencia de Decanos de Veterinaria lideró un proyecto denominado “Libro Blanco del Grado en Veterinaria” (2004), que debería ser el referente para el diseño de los Grados en España. El resultado final de los trabajos fue refrendado por todos los decanos, constituyendo un hito muy importante por el nivel de consenso alcanzado. En el proyecto se llegó a un amplio acuerdo sobre las competencias a alcanzar por los estudiantes, se respetó escrupulosamente la Directiva Europea, se definieron los perfiles profesionales en los clásicos (clínico, producción animal, sanidad animal, bromatología y otros), se diseñaron las materias o bloques que deben cursar los estudiantes, etc.
Sin embargo, uno de los acuerdos alcanzados y plasmados en el documento, el que hacía referencia a que la duración del grado debería ser de 5,5 años (330 créditos ECTS), fue rápidamente “rectificado” por la legislación posterior emanada del Gobierno de España. Concretamente, se redujo la duración del Grado a 5 años (300 créditos ECTS), por lo que la capacidad de maniobra para el diseño de una cierta “optatividad” en el Plan de Estudios se vio gravemente afectada. Ésta, en la mayoría de los casos, ha tenido que reducirse al mínimo (del 2% al 4% del total de créditos), con lo que solo es posible una mayor “optatividad” reduciendo a contenidos mínimos los de las materias obligatorias a las que hace referencia la Directiva Europea.
Otro de los acuerdos que no se respetaron en la Orden que emanó del Gobierno de España para regular los estudios del Grado en Veterinaria (Orden ECI 333/2008) fue la estructura modular en la que se deberían repartir las competencias a adquirir. Si bien las competencias se respetaron, la estructura modular no, eligiéndose una muy similar a la de la Directiva Europea reguladora de los estudios de Veterinaria (ver la tabla), pero que no responde a lo que se pretendía en el Libro Blanco, y, sobre todo, ha dado lugar a malos entendidos y polémicas. Por ejemplo, la ubicación en el primer módulo (Formación Básica Común) de las competencias en materia de Deontología y Legislación hace que esta disciplina se tenga que ubicar en buena parte de las Facultades en los primeros cursos, con el consiguiente malestar del profesorado.
Tabla 1. Comparativa de los módulos en los que se estructuran los Planes de Estudios en la Orden ECI 333/2008 y en el Libro Blanco.
Módulos Orden ECI 333/2008 |
Módulos Libro Blanco |
De Formación Básica Común (mínimo 83 ECTS) |
Ciencias Básicas (propuesta de asignación de 6,75 a 11,25 ECTS) |
Estructura y Función (propuesta de asignación de 47,25 a 51,75 ECTS) |
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Agentes biológicos y alteraciones de la Estructura y Función (propuesta de asignación de 24,75 a 29,25 ECTS) |
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Gestión, Ética y Legislación (propuesta de asignación de 9,00 a 13,50 ECTS) * |
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De Ciencias Clínicas y Sanidad Animal (mínimo 105 ECTS) |
Fundamentos del Diagnóstico y la Terapéutica (propuesta de asignación de 21,37 a 25,87 ECTS) |
Ciencias Clínicas (propuesta de asignación de 31,50 a 36,00 ECTS) |
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Sanidad Animal (propuesta de asignación de 23,62 a 28,12 ECTS) |
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De Producción Animal (mínimo 30 ECTS) |
Producciones Animales (propuesta de asignación de 28,12 a 32,62 ECTS) |
De Higiene, Tecnología y Seguridad Alimentaria (mínimo 22 ECTS) |
Higiene, Seguridad y Tecnología Alimentaria (propuesta de asignación de 18,00 a 22,50 ECTS) |
Prácticas Tuteladas y Trabajo Fin de Grado (mínimo 30 ECTS) |
Prácticas Tuteladas (propuesta de asignación de 30,00 ECTS) |
* La propuesta del Libro Blanco para este módulo era ubicarlo en los últimos cursos, hacia la finalización de los estudios (4º ó 5º cursos), no en el de Formación Básica Común, como finalmente se hizo en la Legislación resultante.
Posteriormente, cada Facultad tuvo que diseñar sus propios estudios basándose en el RD 1393/2007 sobre los estudios de Grado y las normativas de cada Universidad, que, además, son muy poco coincidentes.
Son precisamente estas regulaciones específicas de cada Universidad las que, debido a su elevada heterogeneidad, provocan una mayor divergencia entre los planes de estudio que se elaboraron en las diferentes Facultades de Veterinaria españolas. Estas normativas propias de las universidades regulan aspectos tan trascendentales para el diseño de un currículo como el tamaño mínimo de una asignatura o unidad de matriculación (normalmente, entre 3 y 6 ECTS), el rango de actividad docente presencial (que oscila de forma general entre el 30% y el 60%), etc. A todo ello se une la presión a la que se vieron sometidos tanto los decanos y sus equipos directivos como los miembros de las diversas comisiones encargadas del diseño de los nuevos planes por parte del profesorado, que exigía más créditos para sus materias. Por lo tanto, el resultado final, que por último vio la luz en todas las Facultades de Veterinaria, se alejó del tan trabajado consenso inicial.
Sin embargo, y a pesar de esa aparente falta de uniformidad, lo único que se ha hecho es reflejar las especificidades de las distintas Facultades. Lo básico, es decir, las competencias específicas veterinarias a alcanzar por los estudiantes, se recogen en todos los planes de estudio. Desde la Conferencia de Decanos, conscientes de esta problemática, se trabajó para plasmar en un documento (que posteriormente fue refrendado, en todo o en parte, por las Facultades), un acuerdo de transferencia que asegurara la movilidad nacional. Desgraciadamente, ésta última se está viendo amenazada por la falta de becas y por acuerdos restrictivos de algunos centros, sobre todo en lo que concierne a las asignaturas prácticas de tipo clínico.
Otra de las cuestiones que amenaza constantemente, no sólo a nuestros estudios, sino a nuestra profesión, es la excesiva cantidad de estudiantes que todos los años ingresan en nuestros Centros y que, con posterioridad, se incorporan a un mercado laboral que no los puede absorber, lo que hace que la profesión se precarice cada vez más, condenando a los egresados a trabajos con una remuneración indigna, a la emigración o al paro.
Para corroborar todo esto vamos a hacer un pequeño balance de lo que ha sucedido en el curso 2015-2016.
Tabla 2. Plazas ofertadas por las diferentes universidades en las que se puede estudiar Veterinaria en España.
UNIVERSIDAD |
Plazas 2015-2016 |
Complutense de Madrid (pública) |
165 |
Córdoba (pública) |
150 |
Zaragoza (pública) |
150 |
León (pública) |
120 |
Autónoma de Barcelona (pública) |
115 |
Santiago de Compostela (pública) |
110 |
Extremadura (pública) |
100 |
Murcia (pública) |
90 |
Las Palmas de Gran Canaria (pública) |
72 |
Lleida (pública) |
60 |
CEU Cardenal Herrera (privada) |
300 |
Alfonso X (privada) |
180 |
San Vicente Mártir (privada) |
60 |
TOTAL |
1.672 |
NÚMERO IDÓNEO DE FACULTADES
Para llegar a establecer cuál sería el número de Facultades de Veterinaria idóneo conforme a los estándares europeos, revisemos primero unos datos que se reflejan en la siguiente tabla:
Tabla 3. Datos sobre el número de estudiantes y veterinarios respecto a la población en diferentes países de la UE.
País |
Población en millones de habitantes |
Número de facultades |
Entrada total de estudiantes al año |
Número de estudiantes de nueva entrada por millón de habitantes |
Veterinarios por millón de habitantes |
Suecia |
9,0 |
1 |
100 |
11 |
300 |
Finlandia |
5,3 |
1 |
70 |
13 |
363 |
Noruega |
4,7 |
1 |
56 |
12 |
511 |
Dinamarca |
5,5 |
1 |
180 |
33 |
564 |
Holanda |
16,7 |
1 |
225 |
13 |
348 |
Alemania |
82,3 |
5 |
770 |
9 |
426 |
Francia |
64,0 |
4 |
400 |
6 |
268 |
Italia |
58,1 |
17 |
774 |
13 |
465 |
Portugal |
10,7 |
6 |
420 |
39 |
359 |
España |
46,5 |
13 |
1.672 |
36 |
606
|
Estos datos son reveladores. Por un lado están los países nórdicos y Holanda, que han decidido tener un único centro para formar a los veterinarios que realmente necesitan y dedicar los recursos económicos de los que puedan disponer para tener los mejores profesionales posibles que velen por la salud animal y la de las personas. Por otro lado, tenemos otros países con mayor población (Alemania o Francia) y pocos centros respecto a su tamaño poblacional, que optan por controlar el acceso a los estudios, y por consiguiente el mercado profesional. Capítulo aparte merece Italia, que ha cambiado de política universitaria respecto a los estudios de Veterinaria, controlando el acceso a los estudios de manera centralizada, estableciendo un máximo y planteándose, con el horizonte 2019, el cierre de aquellos centros que no cumplan unos estándares mínimos de calidad. Finalmente, España y Portugal, donde la necesidad real de veterinarios no se tiene en cuenta y la disponibilidad de recursos no parece ser tan importante.
En el caso español, la decisión de abrir o no nuevas Facultades no está centralizada sino que depende de cada Comunidad Autónoma. Además, en los criterios que se siguen no se tiene en cuenta la realidad profesional, ya que el Ministerio del que depende la decisión (que la tiene transferida a las Comunidades Autónomas) es el de Educación, que maneja criterios estrictamente académicos. Evidentemente, el problema se paliaría si, como en el caso de Italia, se manejasen criterios profesionales, la decisión estuviera centralizada y los ministerios de tutela fuesen Agricultura y/o Sanidad.
Por otro lado, la EAEVE y la Federación de Veterinarios Europea (FVE) han establecido que, de manera general, y con la disponibilidad de recursos existentes, para mantener los máximos estándares de calidad es suficiente con una Facultad de Veterinaria por cada 7-10 millones de habitantes. Es decir, que para España, con una población de 46,5 millones de habitantes según el último padrón (2015), sería suficiente con tener entre 5 y 7 Facultades. Debemos de recordar que en nuestro país hasta mitad de los años 80 solo existían 4 Facultades de Veterinaria; es decir, que en algo más de 30 años hemos pasado de 4 a 13 Facultades, de las cuales 10 son de carácter público.
Según los estándares de los países europeos que controlan el acceso a la profesión, lo ideal es que existan entre 300 y 500 veterinarios por cada millón de habitantes; en España esto supone entre 14.000 y 23.500. Desde luego, lejos de los más de 30.000 que en la actualidad hay colegiados. Si mantenemos las cifras ideales y tenemos en cuenta el relevo generacional, el crecimiento vegetativo de las necesidades de la sociedad y las bajas profesionales, y lo ciframos todo en el 3,5%, se necesitan entre 500 y 850 veterinarios anualmente. Si a esta cifra le añadimos un 20% fruto de abandonos de la carrera, bajas de estudiantes, etc., podemos cifrar las necesidades entre 600 y 1.020 alumnos de nuevo ingreso, lejos de los 1.672 actuales.
Supongamos un término medio entre las dos cifras anteriores, 810 alumnos de nuevo ingreso, que repartidos entre los anteriormente definidos como posibles números ideales de Facultades nos dan las siguientes ratios:
Firman el artículo:
Juan Anselmo Perea Remujo, (ex Decano de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Córdoba y ex Presidente de la Conferencia de Decanos de Veterinaria de España).
Antonio Bernabé Salazar, (ex Decano de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Murcia y ex Presidente de la Conferencia de Decanos de Veterinaria de España).
Joaquín Goyache Goñi, (ex Decano de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid y ex Presidente de la Conferencia de Decanos de Veterinaria de España).
Librado Carrasco Otero, (ex Decano de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Córdoba y ex Presidente de la Conferencia de Decanos de Veterinaria de España).
Antonio Rouco Yáñez, (ex Decano de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Murcia y ex Presidente de la Conferencia de Decanos de Veterinaria de España).
Pedro Luís Lorenzo González, (Decano de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid y Presidente de la Conferencia de Decanos de Veterinaria de España).