Camarín, marcado con el número 37, nacido en octubre de 2011, de capa negro listón, chorreado, bragado meano y axiblanco, de 560 kilos de peso, fue lidiado en segundo lugar la tarde del 29 de mayo.
El jurado consideró que el astado reunió las condiciones exigibles de trapío, bravura y fiereza en todos los tercios de la lidia, empleándose en el caballo, galopando en banderillas y prodigando sus encastadas e incansable embestidas mostrando casta, ritmo y bravura ante la muleta de Alberto Aguilar.
Cristina Moratiel.
Cristina Moratiel, propietaria de la ganadería, recogió el galardón de manos del presidente del Consejo General de Colegios Veterinarios, Juan José Badiola, en un acto celebrado en Madrid el pasado viernes 22 de julio, que se inició con la lectura del acta del jurado a cargo de su secretario, Luis Alberto Calvo.
En nombre de la ganadería Baltasar Ibán, Cristina Moratiel se dirigió a la audiencia para agradecer la distinción y el apoyo que presta a los toros el Consejo General. “Me gustaría –dijo- transmitirles el agradecimiento de todos los que componemos la ganadería, nos esforzamos y luchamos día a día por la casta y la bravura de estos animales. Los ganaderos necesitamos absolutamente de los veterinarios. El toro de lidia es un animal delicado, al que exigimos un importante esfuerzo y si no fuera por esos profesionales serían irresolubles problemas que a menudo se plantean; yo, personalmente, si no fuera por uno de ellos no estaría hoy aquí”.
Luis Alberto García Alía, vicepresidente del Consejo General, tomó la palabra para manifestar el enorme valor que tienen los ganaderos para los veterinarios. “Habéis sido capaces de transformar un animal fiero en un animal bravo y esa labor, que es la esencia de la fiesta de los toros, solo se consigue con tesón y saber hacer”, afirmó.
Finalmente, Juan José Badiola felicitó a la ganadería Baltasar Ibán por alzarse con un premio que concede un exigente jurado pluridisciplinar. “Nosotros premiamos –dijo- las características del animal. Es el animal lo que nos interesa y somos conscientes de que en la consecución de su bravura hay razones de pura genética, pero la labor continuada de los ganaderos es fundamental. Nosotros pretendemos con este premio estimular a los ganaderos españoles a hacer un toro que responda a las mejores condiciones de trapío, bravura y fiereza que exige una plaza que es la primera del mundo”
Tras recordar que Baltasar Ibán ya había sido galardonada otras tres veces, comentó que “nos parece bien que haya ganaderos que se dediquen a criar toros de verdad. Veterinarios y ganaderos ayudan a mantener sus condiciones sanitarias, la reproducción, la alimentación y su genética. Para nosotros –concluyó- es un desafío que haya veterinarios que desde el principio hasta el final entiendan y sepan de toros”.
Al acto asistieron presidentes de Colegios, profesionales veterinarios, aficionados a los toros, una amplia representación de la Asociación de Esposas de Veterinarios y allegados a la ganadería galardonada.