La Comisión estudia dar incluso libertad a los países para fijar los tipos impositivos observando unas reglas básicas para evitar la competencia fiscal a la baja. La iniciativa tendría que ser debatida y refrendada posteriormente por el Parlamento y el Consejo de la UE.
Leer información en Redacción Médica
El IVA veterinario
La Organización Colegial Veterinaria viene denunciando desde hace casi cuatro años los problemas que está causando el incremento del tipo del IVA desde el 8% al 21%, la discriminación profesional que va unida a esa decisión, la inquietud que ha generado en amplios sectores del colectivo veterinario y la constatación de las numerosas voces que piden al Gobierno que reconsidere su decisión y el IVA de los servicios veterinarios vuelva al tipo reducido.
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, fue informado por el propio presidente del Consejo General, Juan José Badiola, de esta situación en una misiva cuyo texto es el siguiente: “Estimado ministro, tengo que poner en tu conocimiento que tras la entrada en vigor del Real Decreto Ley 20/2012, el nuevo tipo de IVA aplicable a la prestación de servicios veterinarios, que se incrementó del 8% al 21%, ha generado un gran malestar y sensación de agravio colectivo, particularmente entre los veterinarios que prestan sus servicios profesionales en las clínicas de animales de compañía y de caballos, y no solo por la repercusión económica desfavorable para sus clientes, sino sobre todo por lo que supone de desconsideración a su actividad de carácter sanitario. La veterinaria es una profesión sanitaria, como cualquiera otra de las profesiones que tienen ese carácter, como la medicina, farmacia u odontología. Así ha sido considerada desde hace décadas y sigue siéndolo en la actualidad, como se establece en la Ley 44/2003, de 21 de noviembre, de Ordenación de las Profesiones Sanitarias, cuyo artículo 6.2.d) atribuye a los veterinarios, entre otras, las funciones de prevención y lucha contra las enfermedades animales y, particularmente, de las zoonosis (enfermedades transmisibles a las personas) o en la mucho más reciente Ley 33/2011, de 4 de octubre, General de Salud Pública, cuyo artículo 24 contempla a los establecimientos veterinarios como centros que prestan servicios sanitarios. Resulta difícil entender por qué el IVA de una profesión sanitaria como la veterinaria se incrementó del 8% al 21% mientras se mantenía el IVA reducido o incluso exento para el resto de profesiones sanitarias. Por ello, creemos que con esa decisión se hizo un claro agravio comparativo. Por otra parte, es preciso recordar la importancia social que los profesionales veterinarios desempeñan atendiendo a animales que en muchos casos son casi la única fuente de compañía y afecto para muchas personas que carecen de ellos, particularmente personas mayores que viven solas, y con elevada frecuencia tienen un poder adquisitivo reducido. A ello habría que añadir el papel que desempeñan algunos de esos animales como guías de personas ciegas o afectadas de otras discapacidades, con niños con deficiencias psíquicas o de comportamiento, los que actúan en misiones de rescate, etc.
Como era previsible, las consecuencias de la discriminatoria y desproporcionada medida no se han hecho esperar. Se ha producido una preocupante reducción de la atención veterinaria, con un incremento del número de eutanasias, una disminución de los controles veterinarios sobre la salud de esos animales, con el consecutivo aumento de la prevalencia de algunas enfermedades y, lo que es particularmente preocupante, de las enfermedades transmisibles de los animales a las personas.
Las consecuencias socioeconómicas para nuestra profesión también nos preocupan sobremanera, ya que la medida ha incidido de manera directa sobre la precariedad laboral y ha determinado el cierre de un número apreciable de clínicas veterinarias, con la pérdida de puestos de trabajo y el consecutivo incremento del desempleo.
Por todo ello, te ruego que reconsideres la medida adoptada en su momento y, de la misma forma que se ha hecho con algún otro sector, se retorne a la situación anterior de aplicación de un IVA reducido a los servicios veterinarios en su conjunto, como en justicia corresponde a una profesión sanitaria como es la profesión veterinaria".
Miles de firmas
En la última reunión de la Junta Permanene, Juan José Badiola informó acerca del envío de una carta a los dirigentes de los principales partidos políticos que se presentaron a las elecciones generales recordándoles la posición de la OCV sobre el IVA veterinario, profesión que por su condición sanitaria debería estar exenta de este impuesto, y reiterando la petición de que vuelva a ser del tipo reducido en vez del 21 por ciento que se aplica desde el verano de 2012.
Igualmente, informó de que la organización colegial tiene en su poder 100.000 firmas de otros tantos ciudadanos, clientes en su mayoría de clínicas veterinarias, que rechazan el tipo de impuesto que se aplica a los servicios profesionales que requieren sus animales y reivindican la vuelta a un tipo reducido.