De esta forma, el campus dota de visibilidad y gobernanza a un centro que el pasado mes de junio fue reconocido por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), la equivalente a la Organización Mundial de la Salud en Veterinaria, como "Laboratorio de Referencia de la OIE para la Encefalopatía Espongiforme Bovina y el Scrapie".
La OIE también reconoció a su director, el catedrático de Sanidad Animal, Juan José Badiola, con la distinción de experto.
El centro, reconocido a nivel nacional en 2001 como Laboratorio Nacional Español de Referencia de las Encefalopatías Espongiformes Transmisibles, ha prestado servicio también en Aragón colaborando activamente en el Programa de Vigilancia y Control de las Encefalopatías Espongiformes Transmisibles y para el establecimiento del Programa de Eliminación de los Materiales Específicos de Riesgo (tejidos peligrosos), esencial para la protección de la salud pública.
Imagen del día de la inauguración oficial del Centro con la asistencia de Santiago Menéndez, subsecretario del Ministerio de Agricultura; Gonzalo Arguilé, consejero de Agricultura y Alimentación del Gobierno de Aragón; Javier Fernández, delegado del Gobierno en Aragón; Cristina Garmendia, ministra de Ciencia e Innovación; profesor Badiola, director del Centro; y Marcelino Iglesias, presidente de la CCAA de Aragón.
Reconocimiento de la OIE
La 83ª Asamblea General de la OIE (Organización Mundial para la Sanidad Animal), reunida en París el
pasado 29 de mayo, designó “Laboratorio de Referencia de la OIE para la Encefalopatía Espongiforme Bovina y el Scrapie” al Centro de Encefalopatías y Enfermedades Emergentes de la Universidad de Zaragoza, dirigido por el profesor Juan José Badiola, que además es reconocido como experto en esta materia y actuará como tal.
En España existían solamente tres laboratorios de referencia de la OIE, para la Peste Porcina Africana y la Peste Equina.
La OIE está formada en la actualidad por 180 países de todo el mundo y es la institución a la que se comunican los brotes de las enfermedades animales registrados en los países miembros. Asimismo, fija los estándares de los métodos de diagnóstico, establece normas sanitarias que regulan el comercio internacional, colabora con los países en el establecimiento de adecuados sistemas de vigilancia, prevención y control de las enfermedades animales y mantiene su red de laboratorios en las diversas enfermedades animales para apoyar los fines propuestos.
Los Laboratorios de Referencia de la OIE son designados con el objeto de explorar todos los problemas relacionados con una enfermedad determinada o un tema específico.
El experto nombrado, responsable ante la OIE y sus Miembros con respecto a estos asuntos, deberá ser un
investigador destacado y activo en este campo para que el Laboratorio de Referencia pueda aportar asistencia científica y técnica, así como asesoramiento sobre temas relacionados con la vigilancia y el control de las enfermedades de la que este Laboratorio de Referencia es responsable. Los Laboratorios de Referencia también brindarán formación científica y técnica al personal de otros estados miembros y coordinarán estudios científicos y técnicos en colaboración con otros laboratorios u organizaciones, incluidos a través del programa de hermanamiento de la OIE.
El director, profesor Badiola, flanqueado por investigadores, técnicos y becarios del Centro.
Diecinueve años
El Centro de Investigación de Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes funciona en el Campus de Veterinaria de Zaragoza desde el año 1997. El nuevo edificio fue oficialmente inaugurado el 15 de septiembre de 2009 por la ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, por el presidente de la Comunidad Autónoma de Aragón, Marcelino Iglesias, y por el subsecretario general del Ministerio de Agricultura, Santiago Menéndez.
Requirió en aquellas fechas una inversión global de 5,2 millones de euros.
El centro tiene una superficie construida de 2.352 metros cuadrados, y en el mismo se hallan varios laboratorios altamente tecnificados con nivel de contención P-3, la más alta acreditación en bioseguridad de los laboratorios españoles y que se concede a los laboratorios especialmente diseñados para manipular patógenos peligrosos que pueden causar infecciones potencialmente letales. Cuenta, asimismo, con un área experimental para grandes animales y otra para animales de laboratorio, una sala de necropsias, una zona de preparación de muestras, un banco de tejidos, y un insectario.